José Vega da mucha vida a un Córdoba con talante

Lo más goloso del Zaragoza fuera de casa suelen ser las conferencias de prensa de Marcelino tras una derrota. El Córdoba había desnudado al equipo de Marcelino con un notable ejercicio de fútbol y deseo, logrando que esos dos méritos se conjugaran y no se confundiesen. El optimismo del equipo blanquiverde antes del partido estaba, pues, justificado. Y de verdad el Córdoba jugó con el aparente desenfado de los optimistas, pero ni mucho menos incurrió en la ligereza: tuvo rigor en el fondo, mucho rigor en Pierini y Gaspar; tuvo corazón y cerebro en el medio; y por los costados lo afilaron Guzmán y José Vega (este con su gol). Cuando se quedó con diez, reemplazó esos valores por la dignidad y el orgullo.

Mientras, el Zaragoza fue una castaña. Casi siempre practica un fútbol de hojalata, con la particularidad de que la hojalata corta; lo que quiere decir que gana, sobre todo en casa porque allí practica el golpe en la mesa o bien aprovecha la ventaja psicológica del superior, que también juega. Ayer los dos brasileños se quedaron fuera. Una extravagante coherencia que evitó la elección. Este Zaragoza se sostiene en el valor único de las victorias. Por lo demás, no sólo no enamora sino que a ratos da grima. Es un equipo radicalmente insoportable, que nadie aguanta más de cinco minutos salvo sus fieles. Uno reza para que empiecen los partidos rápido y acaben cuanto antes, que no hay por dónde agarrarlos...

Su derrota de ayer se parece a otras, como también se parecen sus victorias. Pero cada vez que llega el Zaragoza, al Arcángel le sale su lado perverso. El Córdoba se lo merendó como pan tierno. Repitió la del 2003, que consiste en darse un alegrón contra el equipo aragonés e iniciar una recuperación mojada en agónico jolgorio. Así fue el partido de ayer. Al equipo de Luna Eslava le queda un camino largo, pero esa atmósfera de renacimiento cubrió el partido en el campo y afuera, con la gente del Córdoba saltando en la grada mientras su equipo mordía abajo. El triunfo local, merecido con once y culminado con diez tras la expulsión del hiperactivo Javi Flores, otorga credibilidad a Luna Eslava y su bloque.

Guzmán salió en camilla

El cordobesista Guzmán tuvo que abandonar el terreno de juego de El Arcángel por lesión, tras sufrir una dura entrada por parte de Generelo en el minuto 76 del choque. La acción del zaragocista fue saldada con amonestación. El blanquiverde tiene el brazo izquierdo roto.

Marcelino "Nos han superado en la medular"

El Córdoba aprovechó un gran error nuestro en un saque de banda y ahí se nos fue el partido. De la misma forma que le metió un gol a la Real y ante nosotros decidió el partido. En el segundo tiempo tuvimos ocasiones para empatar y con la expulsión de Javi Flores se nos puso la situación a favor, pero no acertamos. Es evidente que el Córdoba nos superó en el centro del campo. Intentamos salir con el balón jugado e incurrimos en bastantes pérdidas en el medio del campo que propiciaron contragolpes rivales. Pero no creo que este fuera el problema de la derrota". -J. A. A.

Luna Eslava "Fue el triunfo de la fe y del trabajo"

Para el Córdoba, la victoria fue el triunfo de la fe, del trabajo, del saber defender, del saber competir... Se pueden decir muchas cosas. En la primera parte supimos aprovechar un error suyo aunque sí que es verdad que podíamos haberles apretado un poco más. Eso nos dio la victoria. Creo que un poco si que sufrimos la expulsión de Javi Flores, aunque supimos defender la ventaja apelando al orden. Tuvo mérito porque lo hicimos ante un rival que nos apretó mucho al final. El triunfo nos dará una confianza enorme, pero queda mucho camino por recorrer". -J. A. A.