El nuevo Sevilla persigue la reconciliación en casa

El fútbol no entiende de análisis fríos y reposados. Cada encuentro es un mundo. Cada partido, el antes y el después de algo. Por eso, la historia queda reescrita cada domingo. Hace sólo unos días, Nervión explotó por el disparatado juego. Una semana después, el equipo ha lavado su cara y Jiménez, que hoy cumple su partido 50 con el Sevilla, ha salvado el puesto.

Una vez que el nivel de agua, que llegaba al cuello, ha descendido, los sevillistas buscarán en el horario discotequero la reconciliación con su gente. Hay un dato que demuestra el enfado del personal: el equipo ha ganado más puntos fuera que en casa. Y otro que dispara el enfado: en los últimos seis partidos en el Sánchez Pizjuán sólo firmó tres goles. La gente reclama espectáculo.

Y el Numancia aparece como el rival más adecuado para curar esas penas penitas penas. Es el peor conjunto visitante de la Liga. Aunque el buen estado anímico equilibrará los números desastrosos. Viene de ganar al Getafe y disfruta de la diferencia más amplia con el descenso que ha logrado esta temporada. Buen momento, por tanto, para encarar la parte más dura del campeonato.

Javi Varas debutará en la Liga. La sanción de Palop le abre sitio a su sueño. Jiménez podría darle descanso a Kanouté, con vistas al duelo copero con el Valencia. Adriano ocupará el lateral derecho, que ha quedado desierto por lesiones, bajo rendimiento y los fantasmagóricos problemas anímicos de Mosquera. Kresic saldrá valiente. Se la jugará con dos puntas (Brit y Goiria) para buscar el milagro. Choque de dos mundos distintos.

Novedad: Mosquera se presta para jugar

Mientras el Sevilla negocia con River Plate la cesión de Mosquera, el colombiano se ha prestado voluntario para jugar esta noche ante el Numancia, consciente de las bajas con las que cuenta el equipo en el lateral derecho. "Si tuviese que jugar Mosquera, que ha dado un paso adelante, espero que la afición responda", solicitó Jiménez.