Tapia le puede formar un lío gordo a Chaparro

Baha es uno de los delanteros-revelación de la Liga. El franco-marroquí lleva siete goles y su trabajo propicia que sus compañeros también marquen. Varios clubes ya le siguen. Termina contrato en 2011 y su cláusula de rescisión es de cinco millones de euros. Anteayer dijo que "un amigo mío de Toulouse ya me había hablado de Emaná". Encendidos elogios para con el camerunés, uno de los fichajes más rentables.

Dicho esto vamos al fondo del asunto que nos ocupa. El mejor Málaga Club de Fútbol de todas sus ocho temporadas en Primera (con esta denominación) visita a un Betis dubitativo y que ha perdido el rumbo en la Liga (sólo ha sumado un punto de los últimos 15). Los malaguistas tienen el segundo presupuesto más bajo de la categoría: 21.5 millones de euros; el Betis anda por los 46,6 millones de euros, pero la realidad es la realidad: el Málaga de Antonio Tapia tiene 25 puntos y es octavo; empero, el Betis de Chaparro acumula 18, sólo cuatro por encima del descenso. Peligroso.

Pero la historia y estadística indican que Heliópolis se les atraganta a los blanquiazules, que no han ganado desde que este recinto se denomina Manuel Ruiz de Lopera. Dos derrotas (ambas por 3-0) y cuatro empates (el último de ellos a un gol).

Pero no nos engañemos. Esta tarde hay mucho más que tres puntos en juego. Si gana el Málaga se disparará hacia la zona UEFA ¡quien lo iba a decir! y pondrá en serios aprietos al Betis y, en particular, a su entrenador Paco Chaparro. No se trata de decir que el trianero pueda ser despedido en caso de derrota. ¡Dios nos libre! Pero no podemos negar una evidencia. Chaparro está cuestionado.

El fútbol son resultados y éstos no están siendo positivos para el cuarto club que más ha gastado en fichajes de todas la Primera. 27 millones de euros. El Málaga sólo se ha gastado un millón de euros y de ellos, 550.000 en recomprar a Weligton (un central que les encanta a los técnicos verdiblancos). Chaparro quiere fichajes y Manuel Ruiz de Lopera no está por la labor de complacerle; los malagueños por su parte han traído a un brasileño, Adriano, un delantero rápido y hábil que le ha costado cuatro perras. El máximo accionista pretende que su entrenador saque petróleo con lo que tiene pero... algo se está cociendo. Puede haber novedades.