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Liga BBVA | Athletic

El tobillo izquierdo de Orbaiz pasa la prueba

El mediocentro se ejercitó ayer con la articulación ya deshinchada.

Javier R. Beltrán
<b>OLVIDADO. </b>Orbaiz trabajó como si el golpe que recibió ante el Espanyol no hubiese ocurrido.
gaizka bilbao

El día de Reyes trajo el mejor regalo para Pablo Orbaiz, que arrastraba desde el domingo un golpe en el peroné y el tobillo de la pierna izquierda que invitaba a pensar en lo peor. Josean Lekue, el jefe de los servicios médicos del Athletic, ya había avisado de que se descartaba una lesión ósea, lo cual no eliminaba otro tipo de contratiempo. Ayer, sin embargo, la incógnita pareció quedar despejada. Orbaiz está sano y se le notaba en la sonrisa que esbozaba sobre el césped de San Mamés y por la forma de golpear el esférico sin miramientos, con mucha confianza.

El centrocampista navarro había soportado un día inmovibilizado. Se le sometió a algunas pruebas y el hielo y los antiinflamatorios hicieron el resto. El corte de la sesión de entrenamiento de ayer parece desbaratar los peores presagios que se cernieron sobre Orbaiz. Nada más recibir la aparatosa patada propinada por Moisés Hurtado el domingo, fue atendido en la banda abandonó el terreno tumbado en la camilla y cubriéndose el rostro con las manos.

Las graves lesiones de rodilla que sufrió en enero de 2003 en El Sardinero y en diciembre del 2007 en El Bernabéu, sobrevolaron La Catedral, así como su paso por el quirófano del año pasado para operarse de un tobillo.

Después de tantos meses de recuperación, de baja forzosa, cualquier contingencia que afecte al volante internacional enciende las alarmas. Además, está su rol en el equipo, pues Orbaiz es el futbolista que se encarga de guiar la nave rojiblanca en la zona ancha.

Por lo demás, la sesión vespertina del Athletic en el césped de San Mamés, con más de 1.500 espectadores aguantando una gélida temperatura, en su mayoría jóvenes, no aportó ninguna pista de cara al choque de Copa en el Reyno de Navarra. Los titulares ante el Espanyol, más Iturraspe, que jugó ante la Cultural Leonesa el domingo, apenas realizaron unos rondos en parejas y un trote de media hora.

Fran Yeste, como en la sesión del lunes, tuvo que ejercitarse con los suplentes en un partidillo a media cancha. Parece que Caparrós le está pasando factura después de que el basauritarra mascullara algunas palabras poco amables al ser relevado por el utrerano en la segunda mitad del encuentro ante los periquitos.

En la sesión faltaron los lesionados Ander Murillo, que no volverá al grupo hasta dentro de dos semanas, Joseba Garmendia y David López, que llegaría muy justo para la cita del domingo en el Calderón.

El resto acabó con una batería de centros y remates a puerta y un partidillo de siete para siete. El público coreó el nombre de quienes marcaron. Por un lado, se alinearon Gorka Iraizoz, Ustaritz, como lateral y ya totalmente recuperado y presto para sumar minutos en Copa ante Osasuna, Gurpegi, Koikili, Del Olmo, Etxeberria y Gaizka Toquero. Por el otro, Lafuente, Fran Yeste, que se movió por la banda derecha, Etxeita, Casas, Gabilondo, Iñaki Muñoz e Iñigo Vélez de Mendizabal.

Balones de regalo.

Para cerrar el entrenamiento de una hora exacta de duración, los jugadores se encargaron de lanzar un buen número de balones de cuero rojo y blanco como regalo inesperado para el público congregado en las gradas. Gurpegi. Del Olmo, Gabilondo, Koikili y compañía patearon balones que la gente recepcionó con alborozo. Un detallazo por parte del club, lo mismo que abrir las puertas de La Catedral en un día tan señalado como el de ayer. García Macua saltó al césped para estrechar la mano a Caparrós, que gozó con el lanzamiento de balones.