Gonçalves sólo podría salir si le vuelve a fichar el Leixoes

La salida de Jorge Gonçalves del Racing en el mercado invernal se complica debido a la normativa de la UEFA que impide que un futbolista juegue, en una misma temporada, en más de dos equipos. Acepta que sea inscrito hasta por tres clubes pero sólo puede disputar partidos oficiales en dos de ellos. En el caso de Gonçalves el cupo ya está cubierto puesto que disputó con el Leixoes el primer partido de la liga portuguesa y, como es obvio, ha jugado también con el Racing en las tres competiciones oficiales: Liga, Copa y Copa de la UEFA.

Pocas opciones.

Esta reglamentación limita mucho las salidas del portugués en este mes de enero. En Europa, de hecho, la única posibilidad es que su antiguo club, el Leixoes, lo quiera repescar. No es imposible, ya que en Matosinhos ha sido durante años el jugador más carismático del modesto club del extrarradio de Oporto.

La otra posibilidad que se puede tratar de explorar por el club santanderino es la de cederlo a algún equipo que no pertenezca a la disciplina de la UEFA. No parece muy verosímil esta vía, pero diversos intermediarios pueden intentar encontrar un hueco para él en América o en la zona de los Emiratos árabes.

Muñiz se vio forzado por la parte actitud de parte del público

Hace apenas quince días, Juan Ramón López Muñiz tenía clara la intención de contar con Gonçalves hasta final de temporada. El gijonés está muy satisfecho del comportamiento profesional del futbolista portugués. Su rendimiento deportivo no ha respondido a las expectativas pero el entrenador racinguista estaba convencido de que podría ayudar desde el banquillo.

Todo eso cambió la tarde en la que el Racing jugó en El Sardinero con el Málaga. Fue el domingo 21 de diciembre, poco después de las seis de la tarde. En ese momento, nada más arrancar el segundo tiempo, Muñiz mandó calentar al lusitano. Desde ese instante, parte del público de la Preferencia Oeste, la que está junto a la zona en la que calientan los suplentes, comenzó a increpar, a insultar gravemente, incluso, a Gonçalves. El asturiano decidió entonces abortar un posible cambio y, además, abrirle la puerta de salida en el mercado de enero.