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Liga BBVA | Málaga-Sporting

El partido de la felicidad

Málaga y Sporting, de Segunda al cielo, prometen goles

SI GANA, EL SPORTING
SUPERARÁ EN LA
<b>CLASIFICACIÓN HISTÓRICA DE LA LIGA AL OVIEDO.</b> Esta es la llegada a Málaga del Sporting, que tiene esta tarde la ocasión de escalar un puesto en la clasificación histórica de la Liga en Primera.
mariano pozo

D ice Preciado que hace tres meses nadie daba un duro por Sporting y Málaga. Se equivoca. Si hace falta, sus aficiones se tiran por un barranco por estos equipos concursales que han salido a flote cuando nadie lo esperaba. Con lo tiesos que se han visto, lo último fue perder la fe cuando el Málaga estuvo más de cuatro partidos sin hacer un gol y el Sporting cinco partidos seguidos perdiendo. El tiempo les ha dado la razón. Málaga y Sporting están tan felices como hace seis meses cuando ascendieron. Y como hace ocho, cuando después de un Málaga-Sporting (3-2) que casi certificó el ascenso malaguista, La Rosaleda empezó a gritar "Sporting es de Primera". Entre los dos clubes surgió una química que acabó por ser casi una alianza anti-Real. Hoy están obligados a ser menos amigos, pero hay muchos lazos de afinidad. Huele a partido amable, abierto, de goles. 24 llevan cada uno de los dos equipos. El estilo Preciado se veía venir porque así venía desde Segunda. Tapia, fichado en los archivos policiales como entrenador grisáceo, ha salido como el Séptimo de Caballería. Y ya no se corta un pelo, al ataque.

Málaga y Sporting ven ahora la vida desde las alturas, cómodamente instalados en mitad de la tabla y sin presiones. Pero no se confían. Preciado tiene a sus chicos de puntillas porque mira al horizonte y ve de nuevo a los grandes, amenazantes, en el comienzo de la segunda vuelta. Necesita meter puntos en el granero porque luego no sabe qué puede pasar. En La Rosaleda tiene una tarea difícil, porque le faltan Carmelo, Matabuena, Andreu, Diego Camacho y Kike Mateo, pero le sobran argumentos con Bilic, Barral y Diego Castro, especialmente fino siempre que regresa a Málaga.

Tapia sí tiene a todo el ejército dispuesto, y casi le da tiempo a contar con Adriano Ferreira, adquisición procedente del Internacional de Portoalegre que aterrizó ayer por la tarde pero todavía no está inscrito y además viene agotado y fuera de forma. Adriano, que es más delantero que banda derecha como habíamos imaginado, verá el partido desde el palco, un poquito de presión para Luque y Adrián, que ya tienen lo suyo porque se disputan desde hace semanas el puesto. Con el asturiano, ex jugador y simpatizante del Oviedo, Tapia ganaría motivación y movilidad. Con Albert, pegada y gol. Tapia es feliz porque tiene alternativas. En el partido sólo hay una presencia inquietante, la de Iturralde, que iba para árbitro grande hasta que empezó una imparable huida hacia adelante. Llegó a ser fiable, pero ahora cada aparición suya es una función de teatro. A ver si lo de hoy no es comedia.