El Gimnástic se llevó el derbi ante el Girona en un partido en el que mostró una mayor calidad individual frente al orden táctico de los de Raúl Agné, y consiguió un holgado resultado (3-0) que le sitúa muy cerca de las posiciones de privilegio de la clasificación.

La primera ocasión fue para el local Jandro, que tras espectacular jugada personal culminó con una vaselina que estuvo a punto de sorprender a Ponzo.Pese a esa primera oportunidad, el Girona no se arrugó y quiso contrarrestar con una jugada colectiva que terminó con el disparo de Matamala, alto.

El Nàstic lo volvió a intentar en la siguiente jugada con un pase al espacio a Víctor que hizo lucirse a Ponzo, que tuvo que salir del área pequeña para tapar el disparo. El derbi empezaba entretenido y con ocasiones y llegadas para ambos equipos.

El primer gol llegó antes del primer cuarto de hora de partido, tras una jugada de Jordi Alba por la derecha. El joven jugador centró al punto de penalti, por donde pasaba Víctor Casadesús, que remató de cabeza lejos del alcance de Ponzo.

Tras el gol el Nàstic se entonó, pero el Girona tampoco le perdió la cara al partido. Pese a no tener demasiadas oportunidades, los de Raúl Agné aprovechaban los constantes errores defensivos del equipo de Ferrando para llegar a las cercanías del área. Los locales, en cambio, se limitaban a intentar practicar un fútbol preciosista pero poco efectivo. Así, fue el Girona el que tuvo las ocasiones más claras antes de la media hora. Primer Rubén tuvo que desviar a córner un remate de cabeza de Jito que se colaba en la portería. Poco después fue Xumetra el que disparaba desde fuera del área ajustado al palo.

El partido estuvo abierto en toda la primera mitad, con un Nàstic con mayor calidad pero muy anárquico y desordenado que creaba ocasiones de gol con relativa facilidad, y con un Girona tal vez con menor calidad pero con mucho orden y criterio sobre el terreno de juego. Finalmente la calidad se impuso al orden y Mingo tras una jugada por la banda era derribado claramente dentro del área. La pena máxima era transformada por Jandro estableciendo el 2-0.

La segunda mitad se inició con el Nàstic en plan defensivo, intentando mantener la renta y con un Girona que buscaba con ganas la portería de Rubén. De hecho tuvo dos claras ocasiones en los primeros minutos para recortar distancias.

Primero Jito obligó al portero local a lucirse tras un disparo raso. Después Matamala no supo rematar entre palos tras un córner y envió sobre la puerta. Los locales buscaban las jugadas al contragolpe con la velocidad de Alba y la movilidad de Víctor, y con la entrada de Arpón pasaron a dominar claramente en el centro del campo.

Los de Ferrando se dedicaron hasta el final del partido a tocar y tocar la pelota, dejando escasas opciones al Girona y buscando su oportunidad a la contra, algo que llegaría a diez minutos del final, tras una gran jugada personal de Víctor que dejaba el balón plácido para que Gibanel estableciera el 3-0 definitivo.