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Fernando Sales

"Mi paso por el Celta me dejó un sabor agridulce"

Vuelve con el Hércules tras pasar los seis primeros meses de 2008 en Vigo. López Caro fue su valedor, pero Antonio López le condenó al ostracismo y Fernando todavía piensa que su cláusula de renovación tuvo algo que ver.

J. Peña

¿Cómo le va la temporada en el Hércules?

Pues muy bien. El equipo está en una buena dinámica y peleando por los puestos de ascenso.

Y en el plano personal, últimamente está entrando más en el once.

Lo que pasa es que estuve lesionado. Jugué media hora al principio de Liga y tuve una roturilla en el cuádriceps. Me pasé mes y medio fuera, pero ya he sido titular en algunos partidos. Estoy satisfecho.

¿Para usted jugar en Vigo es especial o simplemente es un partido más?

No, hombre, siempre que juegas donde has estado sientes algo especial. Además, aún tengo compañeros allí.

¿Habla habitualmente con alguno?

Con Roberto Lago es con el que más hablo y con el que conservo más contacto. También está Notario, con el que jugué muchos años en el Sevilla. Y después están Peña, Rubén...

¿Les sorprende ver al Celta tan abajo en la clasificación?

Sí, la verdad es que no empezó bien, pero llega en línea ascendente y pisando fuerte. Si siguen así van a ser un rival a tener en cuenta.

¿Hasta qué punto creen que deben tenerlos en cuenta? ¿Considera que pelearán el ascenso con el Hércules?

Yo creo que sí. Siempre los he visto como un equipo que tenía que estar en el paquete de los seis que lucharemos por ascender. A priori, antes de empezar la Liga, pensé que iban a estar ahí, pero se ve que poco a poco van subiendo.

¿Cómo recuerda su paso por Vigo? Fue extraño, porque desapareció del equipo cuando mejor lo estaba haciendo...

La verdad es que sí. Se unió que tuvimos tres o cuatro entrenadores en los seis meses que pasé allí. Incomprensiblemente desaparecí de las alineaciones cuando destituyeron a uno de los técnicos (López Caro). También tenía una cláusula de renovación automática si jugaba una serie de partidos y no sé si influyó en algo en esa decisión... Yo diría que fue un paso que me dejó un sabor agridulce. Además, teníamos equipo para luchar por estar arriba y no lo hicimos. No sólo eso, sino que acabamos sufriendo por la permanencia.

Se dice que el mal ambiente en el vestuario impedía luchar por otra cosa...

No, tampoco creo que fuera eso. Por circunstancias, no salieron los resultados que esperábamos. Se juntó todo lo malo. Fue una cadena de factores negativos y no fuimos capaces de llevar al Celta donde queríamos. Es un gran club, un equipo de Primera y a cualquiera le gusta jugar allí, pero las cosas salieron así y ya está.