Los siete intocables del Girona... y de Raül Agné

Si alguna vez entreno en Primera División me llevaré a Migue", proclamó el técnico del Girona, Raül Agné, en su última comparecencia de prensa. Puede parecer un simple elogio a un jugador, pero en realidad no lo es. Dicen que las categorías existen por algo, sin embargo el entrenador de Mequinenza va camino de convertir la máxima en mentira y lo demuestra domingo tras domingo. Los siete jugadores que quedan del Girona que estaba en Tercera División hace tan sólo dos temporadas continúan siendo la columna vertebral del equipo actual de la categoría de plata. Todos ellos están entre los nueve que más minutos acumulan en lo que llevamos de campaña. Dicho de otra manera, el Girona vive sin agobios en Segunda con un equipo de Tercera apuntalado. Esta es la guardia pretoriana de Raül Agné.

El portero Rafa Ponzo es el que más minutos ha jugado de entre toda la plantilla rojiblanca actual. Llegó en el mercado de invierno de la temporada 2006-07, el año pasado fue uno de los héroes del ascenso y hoy por hoy es el segundo clasificado del trofeo Zamora, reconocimiento otorgado al cancerbero menos batido de la categoría. El tercero más utilizado es Matamala, con 1.304 minutos. El Kaiser de Vilobí lleva seis campañas en Girona con un paréntesis de un año en Palamós, y nunca había pasado de Segunda B. Incluso en alguna ocasión el técnico rojiblanco ha llegado a afirmar con rotundencia que el equipo es "Matamala y diez más".

El siguiente de la lista es Albert Serra, con un minuto menos que Matamala. Forjado en aquel Figueres que, a las órdenes de Pere Gratacós, se plantó en semifinales de la Copa del Rey, llegó al Girona la temporada 2005-06. Lo mismo puede jugar como central que de pivote. Otro intocable es Jose, el quinto en minutos más jugados. El hermano del españolista Ángel Martínez lleva cuatro campañas siendo el amo de la banda derecha de Montilivi. Y su colega Chechu lleva el doble de tiempo (ocho campañas) entrando por el extremo derecha. Este año también ha actuado por la izquierda. Los dos últimos hombres de confianza de Raül Agné son Dorca y Xumetra. El medio centro de Olot vio el primero de los dos ascensos del conjunto rojiblanco en el banquillo y con muletas. El año pasado se quitó la espina y en Segunda es el escudero perfecto para Matamala en el doble pivote. Xumetra, por su parte, es pieza clave sin haber llegado a los mil minutos. Ha actuado casi siempre como revulsivo pero es el único jugador de la plantilla que ha intervenido en todos los encuentros. En los últimos, además, es titular.

Imprescindibles. Estos siete jugadores son el alma del actual Girona (y por supuesto del pasado) y tienen dos cosas en común. La primera es que, excepto el portero Rafa Ponzo, todos han nacido y se han criado, futbolísticamente hablando, en la misma ciudad de Girona. La segunda es quizá menos empírica, pero igual de cierta. Sin ellos, Raül Agné no entrenaría en Segunda División. Y sin su entrenador, ellos seguirían siendo jugadores anónimos.