Romero no se cierra puertas por si no hay 'vía madrileña'

Julio Romero, de momento, sigue siendo el dueño del Levante. Ayer tampoco fue el día de la esperada firma, pese a que las personas implicadas apuntaran el pasado jueves que todo sería "cuestión de 48 horas". De hecho, hasta a los mismos administradores judiciales Romero se encargó de asegurarles que la venta se produciría antes de la Junta y, para eso, sólo quedan cinco días hábiles. Por si acaso le fallara esta bala (si los madrileños se echan atrás o si directamente son otros 'Carmonas'), el máximo accionista no se cierra ninguna puerta y le ha comunicado a las personas que están intermediando con otros grupos que no paren la maquinaria. De hecho, por ejemplo, el representante de los empresarios coreanos presuntamente interesados en comprar aterriza en Valencia el 7 de enero y, ante la pregunta de si había que seguir adelante, el presidente no puso ningún impedimento.

Ayer fue de nuevo un día de falsas alarmas. Romero se pasó por las oficinas del club y, ante la llamada de su abogado, se marchó corriendo a la notaría. Luego, el presidente negó que hubiera firmado la esperada venta y una de las personas que participan en las negociaciones apuntó a este periódico que, si bien no pueden decir nada de la operación, ésta podría producirse "hoy, mañana o nunca". Eso sí, si es que se produce, cobra fuerza la opción de que las rúbricas se estampen en Madrid.

Junta. Mientras, dentro justo de una semana se celebrará la Junta de Accionistas con la particularidad de que este año la segunda convocatoria no será dos o tres horas después, como venía siendo lo habitual, sino al día siguiente, es decir, el 31 de diciembre. Desde la modesta oposición al Consejo temen que una inesperada indisposición de Romero retrase la Junta un día más y ésta se convierta en un paseo en barca.

El Grupo Ortiz se desmarca

Ante las informaciones aparecidas en diferentes medios sobre que la gente que estaba detrás de la operación de la venta del club era el Grupo Ortiz, éstos siguen desmarcándose de todo y aseguran en un comunicado que "no ha tenido ni tiene ninguna relación con el Levante ni con una compra de acciones" y que "nunca ha tenido la intención de invertir en el negocio del fútbol". Aún así, la gente que, supuestamente, está detrás de la operación sigue trabajando bajo el nombre de este grupo.