Un Depor de chaqué

El Deportivo se dio un homenaje de fútbol y goles para despedir un 2008 pletórico ante un Recreativo débil, que pudo pagar incluso con algún gol más su enorme fragilidad defensiva. Los onubenses cierran así el año en el penúltimo puesto y viendo además como dos de sus rivales directos (Numancia y Osasuna) ganaban sus respectivos partidos. Con todo, la salvación sigue a un punto, y si Alcaraz equilibra su defensa, arriba hay mimbres suficientes para no pasar apuros.

Desde el primer minuto los de Lotina quisieron dejar claro quién mandaba en Riazor con una vaselina de Verdú al larguero. Luego, espuela de Bodipo que Riesgo desvió a córner, y cabezazo de Lopo que Arzo sacó bajo palos (se repetiría la jugada en el segundo tiempo). Y todo, en tres minutos. Vestidos con el chaqué para despedir el año, los de Lotina lo hicieron además recordando la segunda vuelta del año pasado de los tres centrales: gol de Lopo y otro de Sergio de penalti, demostrando además una sangre fría espectacular al repetir y marcar de nuevo por el mismo lado.

Era el minuto 20 y Riazor no daba crédito. Con dos mazazos encima el Recre se estiró con la insistencia de Camuñas, la velocidad de Akale y la calidad de Adrián Colunga. Enorme jugador, pero como le sucede a Robben, le suele sobrar un regate. Sin embargo, los de Alcaraz se metieron en el partido por un error de Turienzo, que metió dentro del área una falta de Aranzubía sobre Marco Ruben que fue fuera. El penalti fue para Adrián Colunga, que al menos pudo mantener su racha y marcar por cuarto partido consecutivo. Poco consuelo.

El gol del Recre fue un accidente para un Depor que aguanta el tirón de los seis magníficos de la Liga (está a tres puntos del segundo puesto). Para demostrarlo, Guardado y Filipe trenzaron una perfecta jugada por la banda izquierda que Bodipo culminó con un soberbio cabezazo. Gol de manual, de fútbol exquisito, que anunciaba que la segunda parte iba a ser un mero trámite antes de las vacaciones.

Y así fue. El partido bajó de intensidad y los cambios a la desesperada de Alcaraz no surtieron efecto. Ni siquiera la entrada de Javi Guerrero, que hasta ayer había marcado siempre en sus visitas a Riazor (seis goles en cinco partidos), inquietó a un seguro Aranzubía.

El Recreativo, ya con Ersen Martin sobre el campo, buscó al espigado turco como referencia en una desesperada carga hacia ninguna parte. Los espacios comenzaron a convertirse en abismos, y sólo era cuestión de tiempo que el Deportivo cazase de nuevo a Riesgo. Y así ocurrió, en un perfecto contraataque que culminó Filipe con la delicadeza de un nueve de calidad. Era la guinda para una Navidad perfecta en A Coruña... pero angustiosa en Huelva.