Liga BBVA | Villarreal 1 - Barcelona 2
El Barça hace cumbre y ya es campeón de invierno
El Barcelona termina como el mejor equipo de 2008. Cani adelantó al Villarreal. El Barcelona reaccionó con goles de Keita y Henry. Piqué fue expulsado por doble amonestación.
El Barcelona puso fin esta noche a la por todos temida etapa reina de este campeonato liguero, aquella en la que te enfrentas a los cuatro mejores equipos de la Liga, y lo ha hecho con éxito, alcanzando la cumbre como quien sube la cuesta de casa. El conjunto dirigido por Guardiola no sólo se va de vacaciones con diez puntos de ventaja sobre el segundo, sino que ya es campeón de invierno y, lo que es más importante, ha ofrecido una imagen de seguridad en sus posibilidades que atemoriza a los rivales. Ahora mismo sólo el conjunto 'culé' parece no creer que la Liga tiene dueño. Que se lo expliquen al resto.
El tapete perfecto de El Madrigal parecía una invitación al buen fútbol, al que desplegan los dos equipos con más toque de la Liga, los que mejor tratan al balón. En eso parecía que iba a consistir el encuentro, ver quien se adueñaba del balón. Y es que ambos equipos tienen ese carácter pueril que les hace disfrutar del fútbol sólo cuando tienen el balón. A priori el que tuviera mayor posesión iría un pasito por delante.
Pero también es cierto que a día de hoy el Villarreal no es el que era, y como se esperaba fue el Barcelona el que tuvo el balón, el que más se divirtió. El centro del campo de jugones instalado por Guardiola, con Busquets y Keita en lugar de Gudjohnsen y Touré, cumplió su función, tuvo el cuero más que el rival, lo movió a lo largo y a lo ancho, pero algo no iba bien. No había diversión.
Y es que el Villarreal, pese a su 'mal' momento, seguía aspirando a terminar el año como segundo clasificado, por algo será. Con Senna como principal pilar, los de Pellegrini aceptaron con humildad la superioridad del rival. Hoy en día sería absurdo no hacerlo, pero lo que cambió el Villarreal con respecto a otras víctimas del rodillo 'culé' fue la forma de encarar la adversidad. El conjunto local trató en todo momento de tutear al líder, con mayor o menor éxito, pero la idea era hacer lo de siempre añadiendo un plus en defensa.
Por su puesto que el Barça tuvo sus ocasiones, de hecho pudo irse al descanso ganando por tres goles de diferencia, pero salvo la primera ocasión de Henry, que salvó Diego López, el resto de ocasiones no llegaban después de una jugada elaborada, sino tra barullo o acción aislada. Precisamente fue el francés uno de los mejores de su equipo en la primera mitad, y él dio el segundo aviso al cancerbero local, en un sutil toque que se marchó rozando el palo. En esta ocasión no tuvo que intervenir, pero el ex portero del Madrid tuvo una actuación excelente, y realizó una de las paradas de la jornada cuando al borde de la media hora envió a córner un disparo de Busquets que iba directo a la escuadra.
El Villarreal lo intentó sin achantarse, como habíamos dicho, sobre todo por la parte izquierda de la zaga blaugrana, donde Abidal sigue sin dar garantías y es el gran punto débil de este equipo. Aunque la misión no era fácil, más teniendo en cuenta que finalmente Nihat no fue de la partida y todo el peso recaía sobre Rossi. El italiano pudo adelantar a su equipo en un mano a mano ante Valdés, pero su disparo no encontró portería. El bagaje ofensivo de los locales era así de escaso, y aún así transmitía la sensación de estar plantando cara al Barcelona como pocos lo han hecho.
El Villarreal golpea primero, el Barça rie el último
El ritmo de juego del Barcelona había ido bajando con el paso de los minutos. El balón circulaba cada vez a menor velocidad. La historia de siempre. El juego del Barcelona, a una velocidad terrenal pierde demasiados enteros. Tres minutos después de la reanudación el Barça recibió el 'shock' que necesitaba para volver a ese fútbol eléctrico. Después de estarlo intentando toda la primera parte, al Villarreal le salió al fin la jugada. Pase largo, en este caso de Rossi, a uno de los flancos, el derecho, por el que avanzaba Cani. Al maño no le tembló el pulso y batió a Valdés picando el balón. Nada mal para ser su quinto partido en Liga este año.
El Barcelona se enrabietó con el tanto local. Como debe ser, claro. Un equipo que es y se sabe tan superior sólo puede reaccionar de una forma, lanzándose a machacar al rival. Por mucho que Guardiola nos venda la moto, toda la plantilla sabe que son los mejores, se lo creen. Y eso no es malo, si se sabe controlar, lo que por el momento se está consiguiendo.
Dieciocho minutos después del tanto de Cani, el Barcelona ya mandaba en el marcador, y le dio la vuelta al encuentro de la misma forma, con jugada desde la derecha, donde reside el mejor lateral derecho del mundo, Daniel Alves. De sus botas salió el pase del primer tanto, logrado por Keita, que se adelantó a un lento Diego López, con quien se cebó el infortunio después de haber salvado a su equipo en un par de ocasiones.
El acoso continuó, y la certeza de todos de que el segundo para el Barça llegaría se cumplió doce minutos después. También desde la derecha, aunque en esta ocasión fue Xavi quien centró, nació la jugada del segundo, que culminó Henry con un magistral remate de primera. El francés no es evidentemente el que era, nunca más tendrá la velocidad de antaño, pero este año ha recuperado eso que le hizo grande, su capacidad de remate.
El encuentro parecía tener ya un claro color azulgrana. Cuando el Barça se pone es imparable, y ahora estaba manos a la obra. Pero contra lo que no se puede luchar es contra los errores arbitrales, y el conjunto visitante se topó con uno importante. En una jugada sin demasiado peligro, Guille Franco y Piqué tienen un encontronazo. Es falta clara del catalán, pero nada más. No golpea con el codo al mexicano, más bien todo lo contrario. Clos Gómez le muestra la segunda amarilla y deja a su equipo con diez a falta de quince minutos.
Guardiola retira a Henry y da entrada a Martín Cáceres. Papelón para el argentino. Más tarde entraría Hleb por Eto'o (sobre quien se cometió un penalti no señalado). Guardiola se preparaba para lo que estaba por venir. Pellegrini metía a Ibagaza y Nihat. El acoso estaba a punto de comenzar. Con el único referente de Messi, las opciones del Barcelona de sorprender a la contra se minimizaron, lo que el Villarreal aprovechó para irse arriba con más efectivos. La defensa azulgrana era un flan. La falta de costumbre. Las ocasiones terminaron por llegar.
A falta de cinco minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario Guille Franco tuvo el empate en sus botas, pero su definición fue desastrosa cuando sólo tenía delante a Valdés. Los minutos pasaban y no había ni un segundo que perder. Con el tiempo cumplido Nihat demostró que aún le falta para estar al 100% al enviar directamente fuera un balón de esos que antes hacían temblar las porterías rivales. Al final el tiempo se agotó. Los jugadores del Barcelona levantaban los brazos celebrando la victoria, algo que deja entrever lo significativos que son los tres puntos logrados en el Madrigal.