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Liga BBVA | Real Madrid - Valencia

Robben regresa y el Valencia busca revancha

Raúl será titular pese a la gripe. Todavía escuece la Supercopa.

<b>VUELVE 'EL MORO'. </b>Morientes fue uno de los más solicitados a la llegada del Valencia a Madrid.
carlos martínez

El partido de hoy no se puede calibrar sin recordar lo que sucedió en la vuelta de la Supercopa, el pasado 24 de agosto, aquel 4-2, los nueve héroes. Emery lo lleva marcado. Su primer título como entrenador se esfumó por calcularlo todo menos el Madrid y el Bernabéu, esa combinación. La victoria no se le escapó en la pizarra, sino en la furia. Esa noche de verano, Emery aprobó dibujo y suspendió historia.

El peligro para el Madrid es el daño causado. A los incentivos habituales, el Valencia añade la revancha deportiva y su entrenador la venganza intelectual. Es fácil imaginar que el equipo se habrá preparado, antes que para un partido convencional, para uno tormentoso, huracanado y desquiciante. Ignoro cómo se entrena eso, quizá dentro de una lavadora.

El Madrid no busca ningún desquite, lo disfrutó en Barcelona durante 82 minutos y parece bastarle. Esa noche, pese a la derrota, recuperó la autoestima y limpió su honor. Además, el efecto de la renovación es la pérdida de memoria, la ausencia de fantasmas, el dulce olvido. El nuevo entrenador ha traído eso, esperanza. No debía ser fácil la vida con Schuster.

Se trata, por otro lado, del primer partido verdaderamente de Juande. Contra el Zenit acababa de llegar y frente al Barça sumaba cuatro días. Ahora ha dispuesto de una semana de entrenamientos, uno de ellos en sesión de mañana y tarde. Y recupera a Robben, una ausencia que se consideró decisiva en el Camp Nou. Nadie niega que el holandés, héroe de la Supercopa, señala la diferencia entre el arte y la industria, pero tampoco se puede pasar por alto su influencia en el sistema. Aunque el entrenador lo imagine en la doble función de centrocampista y extremo, con él sobre el campo el equipo tiende a un 4-3-3, situación que se agrava al colocar al libertario Drenthe en la banda opuesta. Con esta anatomía, Gago y Guti ejercen de cintura de avispa.

Marcelo, igualmente, regresa al once una vez cumplida su sanción y Miguel Torres entró en la lista recuperado de sus molestias. No estará, sin embargo, Sergio Ramos, por acumulación de tarjetas, lo que mantiene a Metzelder junto a Cannavaro, esta vez ambos en mar abierto.

Capitán Trueno.

Raúl también será titular, aunque apenas se ha entrenado por una gripe. Al jugador se le valora el esfuerzo, pero se entiende mal ese empeño por abocar al capitán a proezas cuando hay otros delanteros sanos y disponibles en la plantilla. Bueno y Palanca repiten la convocatoria.

El Valencia se presenta después de haber jugado el pasado miércoles un partido en la nieve de Saint Etienne (2-2), si bien lo hizo con mayoría de suplentes. Del aquel equipo titular sólo repiten hoy Marchena, Del Horno, Albelda, Fernandes y Joaquín.

Siempre ocurre igual: en cuanto se enumeran valencianistas se desatan las conexiones morbosas. Jugará Joaquín, el futbolista que rechazó Schuster este verano para cubrir la banda derecha. Saldrá Mata, el canterano invisible, e irrumpirá Villa, el único jugador pretendido por el Madrid que le ha parecido demasiado caro.

Zigic.

Sorprendentemente, Emery ha incluido en la convocatoria a Zigic, cuyo traspaso al Racing está próximo. Como el fútbol es travieso, no se puede descartar que por alguna carambola que no imagino tenga minutos, gol y nuevas oportunidades. No sería raro porque es un buen futbolista, perfecto para determinadas urgencias.

Para el Valencia el partido se encuadra en el plan de persecución al Barcelona, que se aleja a ocho puntos. Para el Madrid, a doce puntos del liderato, forma parte de la Operación Quimera. Ganar es mantener la esperanza y caer equivaldría a disparar contra Santa Claus.

El Madrid ha sido derrotado en cuatro de sus últimos cinco partidos en Liga, pero la estadística ya no se conecta con Juande. El Bernabéu vio perder a su equipo las tres últimas veces que despidió el año en campo propio (Sevilla, Racing, Recre), pero esos augurios ya no pertenecen a este mundo. Lo sabe Emery y lo escribe en su pizarra: "No confiarse nunca y en el Bernabéu, jamás".