Almeida abre el paso a la nueva generación majorera

No todo es negativo en el Fuerteventura, pese a que el panorama actual invite a la liquidación y cierre. En mitad de la carestía general y las malas perspectivas de futuro, las buenas noticias llegan de la cantera de la entidad, con futbolistas recién salidos del conjunto juvenil que, a base de pujanza y valía, han tirado la puerta y son habituales en los planes de José Juan Almeida. "Desde hace tiempo venimos destacando el excepcional trabajo que han desarrollado por Míchel y Ciro en el juvenil y los frutos los vemos ahora con unos chicos fabulosos desde todos los puntos de vista. Valen para el fútbol porque reúnen una calidad y una actitud para trabajar y mejorar envidiable. Si siguen así, darán muchísimo que hablar", reconoció Almeida, acosado por los problemas internos del club pero siempre abierto a otorgar oportunidades a los más jóvenes.

"No sé si les ha ayudado la situación tan mala que vivimos, con bajas y algunos jugadores que no están, pero con 16 años ya debutaron Alberto e Isaac en Segunda B hace ya un tiempo. Se lo están ganando y con eso me quedo. Les animo a que sigan de la misma manera porque dan ejemplo día a día. Acaban de salir de categoría regional, pero parecen profesionales por su comportamiento", añadió.

De Yaki, centrocampista, resalta su "constancia en el trabajo", al margen de dar cuenta de que vive "unas condiciones personales peculiares que le han endurecido". Sobre Aday, sobrino del recordado Lando, subraya su polivalencia defensiva y su "golpeo exquisito". Teo es otra de sus debilidades: "Las lesiones se han cebado con él, pero actúa en la medular con enorme calidad y su disparo con la zurda es casi perfecto. Por aquí le comparamos con Pedro Vega".

Sigue Almeida su recuento con Isaac, "un atacante de enorme potencia, con un uno contra uno espectacular" y finaliza su cascada de elogios con el central Carlitos, también adaptable al lateral: "Es responsable, serio y muy solidario. Tiene la cabeza muy bien amueblada".

Ahí tienen el tesoro del Fuerteventura, avalado por lo que día a día se constata sobre el césped.