Flores llevaba 31 puntos y era líder a estas alturas

Si a alguien le pareció que cinco jornadas sin perder anunciaban ya al Zaragoza dominador que llevamos 16 semanas esperando, hay que decir que el Zaragoza de Paco Flores llegó a estar exactamente el doble de tiempo sin ceder un partido, en la anterior etapa del equipo en Segunda. Aquel conjunto de la campaña 2002-03, construido con mucha menor modestia y sólo 23,5 millones de euros de presupuesto (por los casi 50 de ahora), era primero de la Liga a estas alturas y llevaba 31 puntos, cinco más de los que ha conseguido el Zaragoza de Marcelino.

Después de un inicio dubitativo, que calentó el ambiente, el Zaragoza de Flores entró de lleno en la Liga y acumuló siete victorias y tres empates entre las jornadas 5ª y 15ª de aquel campeonato. Después de 10 jornadas sin perder, cayó goleado en Elche (4-0) y luego retomó la racha: de 17 partidos, sólo cedió esa derrota. Y fue líder siete semanas seguidas. Ese arreón hasta el final de la primera vuelta lo puso en velocidad de crucero y le permitió capear después un pasaje de caída, con los desacuerdos que introdujo el fichaje del rumano Galca. Repuntó, como todo el mundo sabe, a partir de la explosión de Cani e Iban Espadas en Oviedo (0-2).

La comparación muestra lo que todo el mundo advierte ya: hasta qué punto tan inesperado le está costando al actual Zaragoza establecerse como candidato fiable para volver a Primera a la primera. Cierto que el estilo de fútbol de Flores también fue contestado y que el técnico llegó a decir aquello de "el que quiera ver espectáculo, que vaya al circo". Pero las alusiones de Marcelino y algunos futbolistas a la afición hurgan en la herida abierta por el rendimiento del equipo.

Se apagan las voces que veían al Zaragoza ascendido en mayo. Y menudea la petición de fichajes, las llamadas de zaragocistas a las radios para airear su desánimo o la contradicción entre el escaso papel de la cantera y la paciencia de Marcelino con jugadores como Arizmendi. Perdura el ejemplo de Cani, Espadas, Soriano, Generelo o Láinez, vitales en el entramado sentimental y futbolístico del ascenso de 2003.

Ahora escuecen las salidas de Sastre o Long o que el Huesca le pise los talones al Zaragoza con un puñado de chicos salidos de la Ciudad Deportiva. La percepción es que en el Zaragoza la cantera sólo está para hacer número en los entrenamientos. Se nombra a Goni, Laguardia, Valero, Ander Herrera... Un acto reflejo de una afición que busca identificarse con un equipo que no reconoce.

Sólo seis puntos más que la temporada pasada

Las comparaciones con el último Zaragoza de Segunda dejan en mal lugar al equipo de Marcelino. Pero si echamos la vista atrás tan sólo un año, al Zaragoza que terminó dando con sus huesos en Segunda, los números actuales tampoco provocan una sonrisa. El Zaragoza de Víctor Fernández llevaba 20 puntos en la 16ª jornada de la Liga 07/08, es decir, solamente seis menos que el Zaragoza actual, una diferencia escasa considerando el cambio de categoría. Y sobre todo considerando que ahora el rumbo mira a Primera y que entonces el panorama se pintaba negro.