Empanada gallega

Liga Adelante | Celta 2 - Zaragoza 0

Empanada gallega

Empanada gallega

Dinei retrató a un Zaragoza inerme y vacío. No tuvo fútbol ni intensidad. El fracaso alcanzó a todos, salvo al portero. Ewerthon le pegó al palo

Cuando el Zaragoza se pone en este plan, la verdad, dan ganas de encerrarse en una habitación mal ventilada, apagar la luz y no salir hasta junio, como el conde de Montecristo. Que la mujer pase la escudilla con la pechuga de pollo cocida por debajo de la puerta. Y en junio, veremos. Si el Zaragoza ha ascendido, libertad; y si no, que cada uno rece lo que sepa. En el mientras tanto suceden partidos como el de otros días o éste de ayer, que no fue tan diferente por más que la gente eche las muelas. El Zaragoza no se parece ni al Zaragoza ni a un equipo de Marcelino, lo que supone una mala noticia porque había cosas admirables en sus anteriores equipos. En este Zaragoza no hay casi nada que admirar. Dinei, el menos famoso de los tres brasileño que había ayer en el campo, se llevó el premio con un gol y la autoría intelectual del otro. Esa caída adormilada de sus ojos hipnotizó al Zaragoza, que no anticipó velocidad en alguien con semejante cara de sueño. Dinei le encontró dos rendijas a la tarde y eso fue todo.

El Celta y el Zaragoza se movieron entre el poco y el nada, con alternancia en la ineptitud y un vuelo bajo en los ratitos en que cada cual mandó. El Zaragoza tuvo un palo muy claro de Ewerthon (su única combinación con Oliveira) y un par de llegadas por la izquierda de Caffa, mal terminadas. Fuego menor. Empezó bailoteado por el Celta (David Rodríguez puso a prueba a López Vallejo), pegó el susto de la madera y provocó un repliegue instintivo del Celta. Eso le dio la pelota un buen rato, pero no se le ocurrió ningún sitio al que ir ni con ella ni cómo manejarla con algo de gusto o intención. Hubo otro problema: individualmente, el rendimiento de muchos futbolistas se desmoronó. Un equipo no deja de ser una operación matemática: si su coeficiente general es bajo de por sí, y encima se le resta a unos cuantos sujetos, queda en pelota viva.

Concesión atrás.

Esta vez lo desnudó Dinei. En el primer gol, Rosada escapó a los medios del Zaragoza, tiró un taconazo en pared con el brasileño y Dinei remató a gol mientras la defensa reculaba. El día que Ayala, responsable en esa jugada, baja el pistón, el conjunto entra en barrena. Del medio ya no hablamos. Las bandas están repletas de hombres y vacías de fútbol. En el segundo tanto, Dinei madrugó a todos los zagueros con un movimiento evasivo al espacio muerto, largó una cabriola y se la dio a Maris, que remató en ventaja. Fueron dos concesiones en sintonía con el resto del partido.

El fogonazo del Celta acabó con todo. Marcelino (desterrado en la grada por sanción) lió los cambios. Para hacer un movimiento (meter a Songo'o en la banda por el atribulado Arizmendi) utilizó dos sustituciones. Primero se fue Arizmendi y Antonio Hidalgo entró en la derecha; cinco minutos después se marchó Zapater e ingresó Songo'o.

El partido se marchó por el sumidero con la lluvia, mientras Hidalgo se quedaba sin llegar a un par de remates. El Zaragoza salió del ascenso y la semana próxima hará la goma, porque lo visita el Alicante. La Segunda es así: un torneo con un buen nivel medio de futbolistas en el que, salvo excepciones, se juega con poca gracia. Hay equipos bien trabajados, pero sin jugadores diferenciales. Eso distingue al Zaragoza. Nada más. El Zaragoza no sólo no es un equipo de Primera en Segunda, sino que es un equipo más de Segunda. Gana y pierde como todos. Juega peor que varios. No domina sus partidos ni la Liga. Su arco va del gris medio (aburrimiento con victoria) al negro (aburrimiento con derrota). En este caso, como ayer, su entrenador se queda sin explicaciones y dice: "Pregúnteles a los jugadores". O bien: "A ver dónde estaban hoy los de la pegada". Las ironías de sal gorda suelen revelar debilidades.

Es cuarto por 'goal average'

La derrota en Vigo sacará al Zaragoza de los puestos de ascenso. A falta de que se juegue la jornada de hoy, el Hércules está ya por delante aunque pierda, porque su goal-average es de +11 y el del Zaragoza, de +9. El equipo de Marcelino llevaba dos jornadas consecutivas situado en el tercer puesto.