Castigo en Celtic Park

El Villarreal ya espera rival en octavos. Lo hará como segundo de grupo. No hubo milagro. Y eso que el Manchester pinchó en Old Trafford frente al Aalborg, pero es que el Submarino no acompañó y cerró la liguilla con su primera derrota ante un Celtic que sacó el máximo partido a lo poco que hizo. Ahora, los de Pellegrini esperan a un rival que saldrá de entre Roma, Panathinaikos, Liverpool, Bayern, Oporto o Juventus. Pero eso ya será otra historia, palabras mayores tras cumplir con el primer objetivo en esta competición, en la que ya puede presumir de estar entre los 16 mejores.

Aunque estaba en juego el primer puesto del grupo y, con él, el factor campo en los octavos de final, el encuentro de anoche resultó decepcionante. Era de esperar. Porque, realmente, no había mucho por lo que pelear. El Villarreal tenía el pasaporte a octavos asegurado y no quiso desgastarse, pensando en la 'final' liguera que le espera el domingo en el Sánchez Pizjuán. Así, Pellegrini dio minutos a algunos de los menos habituales, una oportunidad que, una vez más, muchos de ellos no aprovecharon. Y todo se complicó mucho más cuando Guille Franco vio la roja en el minuto 34. Enfrente, un Celtic que tampoco tenía nada a qué agarrarse y que, por lo menos, se despidió de la Champions con su primer triunfo en esta liguilla. Premio menor para una afición que llenó el Celtic Park y que fue, de largo, lo mejor de la noche.

No obstante, se hace duro ver al Submarino caer ante un rival como el Celtic porque el conjunto escocés es muy limitado. Strachan no dudó en darle el balón a los amarillos, que se acercaron con peligro en un par de buenas ocasiones de Guille e Ibagaza. Pero faltaba algo. Intensidad, posiblemente. Como la que se echó de menos en Ángel, que se quedó protestando un fuera de juego y dejó entrar a McGeady para que asistiera a Maloney, tras error de Viera. Demasiado fácil para lograr el 1-0.

Intentaron reaccionar los de Pellegrini, pero la roja a Guille convirtió lo que debía resultar una tarea relativamente sencilla en misión imposible. Y más con el 2-0 que McGeady firmó al filo del descanso. Pleno del Celtic, que en dos llegadas había conseguido anotar dos tantos ante un rival en el que la pasividad de algunos resultaba preocupante.

Con diez. Cosas del fútbol, el segundo acto resultó mucho más animado. Gracias, principalmente, a que el Villarreal espabiló con la entrada de Nihat primero y de Cazorla, después. Aun en inferioridad, los de Pellegrini disfrutaron de varias ocasiones para crearle dudas al Celtic, sobre todo en un mano a mano del ariete turco con Boruc que detuvo el meta local. Así se cerró una mala noche con la que el Submarino pone punto y seguido a la Champions. Hasta que vuelva en febrero, toca echar el resto en la Liga tras conocer al rival europeo la próxima semana.