Un Villarreal sin gol y sin ganas

El Villarreal visitaba Celtic Park con dos objetivos, intentar ser primero de grupo y lograr el aliciente económico que proporciona una victoria en la Liga de Campeones. Para que lo primero ocurriese el Manchester debía pinchar ante el Aalborg y que los de Pellegrini consiguieran la victoria o anotar dos tantos más que los hombres de Ferguson. El Celtic tan solo se jugaba el orgullo y conseguir su primera victoria en la competición al no tener posibilidad alguna de alcanzar el tercer puesto para acceder a la UEFA. El técnico del equipo español aprovechó la ocasión para dar minutos a los jugadores menos habituales.

El partido comenzó con dominio local. En los primeros minutos del partido los de Strachan hicieron uso de un fútbol muy directo y con un correcto trato del balón haciendose con el control del juego. Mientras tanto, el Villarreal se centraba en lanzar peligrosos contraataques con un Matías Fernández muy activo. Precisamente la primera ocasión de gol clara para el equipo español nació de los pies del futbolista chileno, que con un taconazo habilitó a Guille Franco para que probara a Boruc por primera vez en el encuentro, disparo que el guardameta detuvo sin problemas.

Seguía el dominio local y las ocasiones con peligro para el Villarreal, pero eso cambió justo cuando se cumplía el primer cuarto de hora de partido. Una única ocasión le bastó al Celtic para situarse por delante en el marcador. Un centro de Wilson, en posición de fuera de juego en el momento de recibir el balón, fue cabezeado a la red de la portería de Viera por Maloney.

El gol no pareció afectar al Villarreal, más bien al contrario. El equipo castellonense siguió teniendo entre ceja y ceja la porteria del rival y la idea de igualar el encuentro cuanto antes. Numerosas fueron las llegadas al área del equipo escocés por su parte, pero la defensa rival, muy bien colocada, efectiva y expeditiva se encargó de acabar con el peligro. Algo similar ocurría en la otra portería, donde la defensa española frenaba una y otra vez las embestidas locales.

El partido se convirtió en un encuentro de ida y vuelta, el espectáculo estaba servido sobre el césped de Celtic Park. Fue así hasta diez minutos antes del descanso, momento en el que Circhetta se encargó de romper y desnivelar el encuentro al mostrar una tarjeta roja a Guille Franco por un supuesto codazo a un rival que no existió. Desde ese momento el partido fue para el Celtic. El Villarreal se mostraba incómodo sobre el campo, descolocado y sin ideas. Consecuencia directa de esto fue el segundo gol del Celtic. En el descuento McGeady lograba llegar a la frontal desde la medular sin oposición de ningún rival y lanzó un zurdazo ante el que nada pudo hacer Viera.

El Aalborg daba esperanza

El pitido arbitral indicaba el final de una primera parte dominada por el conjunto local. Aún así las noticias que llegaban desde Manchester daba algo de esperanza a los de Pellegrini para acabar primero de grupos. El Aalborg estaba logrando la machada de ganar 1-2 en Old Trafford al descanso. Con ese resultado, al Villarreal le valía con empatar para ser primero de grupo.

Con el cambio de Senna por Nihat, que reaparecía tras su lesión en el recto anterior de la pierna derecha, comenzaba la segunda mitad, y lo hacía con malas noticias, el Manchester empataba en Old Trafford y dejaba a los de Pellegrini casi sin opciones para ser primeros de grupo. La única solución era la remontada en Celtic Park y que el Manchester no marcase su tercer tanto. Por lo visto en los primeros minutos tras la reanudación esto se convertía en una equimera.

La superioridad numérica del Celtic obligó al Villarreal a encerrarse atrás y esperar su ocasión de salir a la contra y lograr el tanto de la esperanza. A medida que pasaban los minutos, Pellegrini fue dando entrada a jugadores de peso en el equipo. Tras Nihat, fue Cazorla el que entró en juego en sustitución de Ibagaza. El equipo escocés no se conformaba con el 2-0 y parecía dispuesto a brindar una victoria lo más abultada posible a su sufrida afición, que se despide de Europa con un solo triunfo de su equipo.

A veinte minutos del final Nihat tuvo en sus botas la posibilidad de meter a los suyos en el partido, pero el jugador turco no fue capaz de batir a Boruc cuando parecía tenerlo todo para conseguirlo. El tramo final del partido fue más de lo mismo: el Celtic volcado y el Villarreal buscando el contraataque.

De este modo el Villarreal pasa a octavos de final de la Liga de Campeones como segundo de grupo por detrás del Manchester United y ya espera a su rival, que se sabrá el próximo 19 de diciembre en el sorteo que se celebrará en Nyon.