Liga BBVA | Sporting 2 - Atlético 5
Forlán y Agüero acercan al Atlético a la Champions
Partido loco, con constantes alternativas en ataque. El Atlético tuvo más y mejores ocasiones. Forlán y Agüero hicieron dos tantos, y el 'Kun' además dio una asistencia. El Sporting se confirma como uno de los peores locales de la Liga.
Para los puristas, el comienzo del encuentro fue un cúmulo de despropósitos, para los amantes del fútbol ofensivo, un espectáculo, depende del prisma con que se mire. El caso es que bien por la efectividad de los atacantes, bien por la indolencia defensiva, los primeros minutos fueron de infarto. A los cinco minutos se había cambiado el empate a cero por el uno a uno en el marcador. Bilic había iniciado las hostilidades con un certero remate de cabeza a los 3 minutos, tras recibir un pase de Pedro desde la derecha. El asturiano fue de los mejores de su equipo, y volvió loco a Pernía en la primera mitad, pero volviendo al tanto, vino precedido por un desbarajuste defensivo. Ujfalusi y Heitinga se fueron al primer palo tras el hombre equivocado, mientras que al croata se le hacía la boca agua según se acercaba el balón.
La explosión de júbilo duró poco en el Molinón. Sólo un minuto después, y ante la inoperancia de la defensa astur, Agüero empataba el encuentro con un tanto de los que pasarán a formar parte de todas las videotecas. Tras una buena internada de Maxi, Seitaridis peina el cuero y éste llega al pecho del 'Kun', todo esto sin que se topara en su camino con un defensor, todos agazapados bajo la portería. La magia del argentino hace el resto, la amortigua con precisión cirujana y la manda al fondo de la portería con una preciosa chilena.
Lo que aconteció después fue un toma y da constante. Cualquiera de los dos equipos pudo adelantarse de nuevo en el marcador. El Sporting se apoyaba principalmente en su banda derecha y en la acaparadora capacidad de remate de Mate Bilic. El croata disfrutó de las mejores ocasiones de su equipo, en un remate de cabeza y un disparo a bocajarro que Ujfalusi, con un corte providencial, impidió que se terminara convirtiendo en el segundo de los de Gijón. El Atlético, por su parte, hacía gala una vez más de un juego irregular, a cuentagotas. La ofensiva rojiblanca ganaba muchos enteros cuando el balón pasaba por las botas de Simao como nexo con Forlán y Agüero, mientras Maniche y Assunçao trataban en vano de poner en orden las ideas de los de Aguirre.
Hacia la recta final de la primera parte, los madrileños intensificaron las acometidas sobre el marco de Cuéllar. Se echaba en falta mayor presencia de Forlán, en estado de gracia como Simao, pero aún así el Atlético fue poniendo cerco al marco rival. La ocasión más clara la tuvo Seitaridis, en un rechace que quedó a sus pies y que estrelló contra Cuéllar cuando ya se cantaba el gol por la numerosa parroquia colchonera que se encontraba en el estadio gijonés. Las defensas, ahora sí, comenzaban a imponerse sobre los ataques, y así hubiera seguido de no ser por un error garrafal del ex portero del Atlético. A Cuéllar se le escapó un tiro de Forlán cuando aparentemente la situación estaba ya bajo control, y le ofreció el gol en bandeja al menos indicado. Agüero no perdonó.
Forlán y Agüero exhiben su poderío
El Sporting salió enrabietado en la segunda mitad. Había algo especial en este encuentro. Tras la goleada del Barça, no querían que se escapara otro grande del Molinón con los tres puntos. Iba por el buen camino el cuadro de Preciado, hasta que otro error garrafal en defensa marcó el encuentro. Iván Hernández, tras adelantarse bien a Forlán, avanza con el esférico controlado hasta que la excesiva relajación le juega una mala pasada. Un mal control, y el uruguayo se planta ante Cuéllar y define de forma magistral, como corresponde a un delantero de su enjundia. Pudo regalar el tercero a Agüero, que llegaba sólo por el centro, pero su naturaleza pudo más.
El encuentro se ponía muy cuesta arriba para los locales. Barral entraba en el terreno de juego para tratar de revertir la situación. Todavía está fresca en la memoria su actuación en Mestalla. Y el gaditano no defraudó. Prácticamente en su primera intervención, engancha un remate en la frontal ante el que mucho más pudo hacer un blandito Leo Franco. Otro favor atrás y el encuentro volvía a ponerse picante.
Con el encuentro tan ajustado, ambos equipos se olvidaron de las ataduras y se dedicaron a dar un espectáculo ofensivo. Aunque una vez más depende de con que ojos se mire. Habrá quien critique al Atlético por no dormir el encuentro, y estará en lo cierto, pero es que el equipo hizo lo que pudo con las piezas que tiene. Es decir, jugar un encuentro abierto, a cara de perro, donde mejor se desenvuelve y la suerte suele estar a su favor. Cualquiera de los dos pudo marcar, el Atlético el que más. Tuvo las ocasiones más claras. Una falta de Simao que rozó el larguero, un cabezazo de Agüero que se marchó alto con Cuéllar totalmente vencido y una doble ocasión del argentino y Forlán que el guardameta salvó in extremis.
Finalmente el cántaro se rompió. El Sporting estaba tomando muchos riesgos, y el provecho que estaba sacando no era el esperado. Más apuros atrás que ocasiones arriba. En un despiste de la zaga sportinguista, Agüero, completamente sólo, tiene todo el tiempo del mundo para controlar el esférico y asistir a Maxi para que su compatriota empuje el balón al fondo de las mallas. El 'Kun', sin ofrecer el juego de su mejor momento, hizo dos tantos y dio otro. Se marchó del campo dejando su aura de 'crack'.
En su lugar entró Sinama. Antes lo había hecho Raúl García por Maniche, buscando ese control del encuentro que permitiera llegar al final sin más sobresaltos. El encuentro parecía ya decidido, aunque a tenor de lo visto con anterioridad no convenía confiarse. El Sporting echó el resto, se fue arriba en busca de la heroica, pero la empresa era complicada, más aún viendo la inseguridad de su defensa en el día de hoy. Lo terminó pagando. Diego Forlán incrementó su cuenta a nueve del final, y de paso la media goleadora del conjunto rojiblanco, una de las mejores de Europa.
El Atlético da un paso más en su afán de meterse en puestos de Champions cuanto antes. A quien madruga Dios ayuda, ya se sabe, y de paso mejora unas estadísticas que fuera de casa eran demasiado pobres para sus aspiraciones. Con Forlán y Agüero juntos y en un estado de forma al menos digno, este equipo es otra cosa, lo que quieren ver los atléticos. El Sporting recibe un revés anímico, pero por el juego demostrado, la revelación de esta Liga sigue apuntando a objetivos más importantes que la permanencia.