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Liga Adelante | Real Zaragoza-Huesca

Los rivales se juntan a tomar unas cervezas

La Zaragozana brindó por el derbi con el Zaragoza y el Huesca

Actualizado a
<b>UNIDOS POR EL FÚTBOL Y LA CERVEZA. </b>Calderón, Zapater, Borraz, Enrique Torguet (de Comunicación de La Zaragozana), Bandrés, Sorribas y Marcelino, en el brindis.

Ocurrió a la manera de un tercer tiempo de rugby, pero con el orden invertido: primero unas buenas cervezas, mesa y mantel, menú marinado en jugos de cebada y el brindis jarra y copas en alto por un derbi en Primera. O de primera, que también vale. Y el sábado... el fútbol. Antes, La Zaragozana reunió a los protagonistas del choque -presidentes y consejeros, jugadores y capitanes, entrenadores y cuerpo técnico, amigos y medios de comunicación- y los invitó a celebrar por anticipado el histórico encuentro del Real Zaragoza y la Sociedad Deportiva Huesca en Segunda División. A poco más de 24 horas de que ruede la pelota en La Romareda, está demostrado que un trago largo de cerveza ayuda a templar los espíritus.

De momento, la firma cervecera aragonesa, que patrocina a ambos clubes, equiparó la honorable condición de los dos al nombrar ayer Maestro Cervecero de Honor al Huesca. Como el Real Zaragoza ya lo era desde 2001, Eduardo Bandrés le hizo entrega de la distinción a su homólogo Armando Borraz, presidente del club altoaragonés. Tocado con mandil, jarra en mano y con diploma conmemorativo, Borraz bromeó: "Estoy aquí como un rey". Ambos compartieron risas e hicieron votos por un derbi festivo: "Estamos muy ilusionados de visitar esta ciudad y de empezar así lo que va a ser la gran fiesta del fútbol aragonés", señaló Borraz. Bandrés lo secundó con un subrayado hermoso para la ocasión: "Hasta en los momentos difíciles, como este año en Segunda, hay instantes de alegría: y jugar este partido con el Huesca va a ser la mayor felicidad que tengamos esta temporada", dijo el presidente del Zaragoza.

Enemigos íntimos.

El almuerzo en el Espacio Ámbar convocó a los elementos principales de ambos clubes. En las mesas se juntaron rivales que son amigos o ex compañeros, o veteranos o incluso ex jugadores de ambos bandos. Eugenio Vitaller, entrenador de porteros del Real Zaragoza, contaba sus experiencias en el Huesca y Robert, jugador azulgrana de hoy, y López Vallejo las celebraba con carcajadas. Andoni Cedrún, invitado de la casa, desgranaba para Generelo y Corona (ambos con las manos heridas, por cierto) un ramillete de anécdotas de su carrera: de los entrenamientos con un crepuscular Iríbar al carácter de Chechu Rojo y la narcolepsia bohemia de Mágico González.

En la mesa más institucional, Zapater y Sorribas ponían brazalete aragonés, flanqueando a los entrenadores, presidentes y responsables de la cervecera. Por la plantilla zaragocista asistieron el resto de capitanes: Generelo, Ayala, Ewerthon y López Vallejo. A Sorribas lo secundaron Robert, Corona, Luis Helguera y Camacho. Al grupo lo había recibido el célebre carro de caballos de La Zaragozana, tocado con las bufandas de ambos clubes. Zapater y Sorribas recibieron sendas herraduras enmarcadas, obsequio que venía simbolizar la suerte que la firma aragonesa les desea en la temporada. Los clubes contribuyeron con camisetas en conmemoración del encuentro. Zapater pidió que el acto sirviera "como ejemplo para que todo el mundo disfrute del partido". Sorribas le puso emoción: "Es un gran orgullo que todo Aragón esté pendiente de nosotros y que nos podamos equiparar en una ocasión así a un histórico como el Zaragoza".

Marcelino y Antonio Calderón, los dos entrenadores, expusieron visiones convergentes del partido. De hecho, ambos creen que sus estilos de juego no son tan distintos: "Somos dos equipos muy parecidos: uno se repliega más que el otro, pero la idea y los criterios colectivos son semejantes", defendió Marcelino. Calderón matizó: "Nuestro toque y la presión del Zaragoza es de lo que más se habla, pero a mí lo que más me gusta es robar la pelota arriba y sorprender". Marcelino recordó que el Zaragoza "está acostumbrado a ser favorito" y Calderón tiró de cortesía: "Para nosotros, poder estar a la altura del Zaragoza supone mucho". Ese espíritu de aspirante no oculta sus ambiciones. "Espero que sea un partido competido e interesante, y que nosotros demos la cara, como siempre: el resultado lo marcarán pequeños detalles", vaticinó. Marcelino dibujó un derbi: "Siempre hay más ambiente que juego. Preveo igualdad, lucha, imprecisiones y un equipo que acierte más que otro para ganar". Cuando se les pidió que arriesgaran un pronóstico, Marcelino se anudó a su norteña sobriedad: "Espero que ganemos". Y Calderón sacó a pasear la sorna gaditana: "¿Un pronóstico? Día soleado".