Liga BBVA | Espanyol 0 - Sporting 1
Carmelo envenenado
Su golazo acarreó el despido de Tintín Márquez
Un golazo de Carmelo puso fin a la etapa de Tintín Márquez en el Espanyol, el sueño de un hombre de la cantera. Han sido cuatro partidos seguidos perdiendo: demasiado para el magullado cuerpo del perico cuyo equipo es el peor de 2008. Luego habrá más culpables que el actual entrenador. Pero los resultados han roto la cuerda por el lado más débil. Sobre todo los dos últimos en casa, derrotas ante Numancia y Sporting, dos ascendidos que se llevaron los seis puntos. Dijo Márquez tras el 3-0 en Santander que su equipo olía a muerto; él ya lo está.
Manolo Preciado es la otra cara de esta moneda. Quédense con este detalle: su primer cambio fue poner a Barral y quitar a Pedro. Delantero por mediocampista para juntarlo con el estupendo Bilic buscando rematar el partido y no amarrarlo. La confianza que le falta al Espanyol le sobra al Sporting que cumplió con el guión previsto: excelente disposición táctica, firmeza defensiva, volantes que miran hacia arriba en cuanto pueden y rapidez puñalera en todos. Un equipo de Primera con todas las de la ley como confirmó el golazo de Carmelo, un tirazo fabuloso que nos devolvió a la infancia cuando la tele de entonces, que sólo era una, ponía goles de marcianos futbolistas alemanes que la rompían desde cinco mil metros de distancia. O así.
Un golazo que fue decisivo no sólo porque el marcador ya no se movió sino porque provocó una sima entre ambos equipos. El Espanyol lo intentó todo, no se dejó nada en el tintero. Buscó y buscó, pero le sigue faltando un futbolista, al menos uno, capaz de dirigir el juego, echarse el equipo a las espaldas, marcar una línea.
Sólo pelea. Debía serlo De la Peña, pero se averió. Dijeron que Román veía para eso, pero no le sale. Sin jefe que dirija, llegar arriba es complicadísimo. La primera parte no lo logró apenas, alguna intentona de Nené. Después, en plena desesperación, Coro y Luis García rondaron el empate. Pero todo fue a tirones, por vergüenza torera. Para colmo, se lesionó Tamudo y para tiempo, entre seis y ocho semanas; cuando vuelva habrá entrado 2009...
El Sporting no dejó escapar la oportunidad de ganar el partido, una victoria fuera que añadir a la de Valencia hace dos jornadas. También dispuso de ocasiones para liquidar el asunto como el mano a mano que le ganó Kameni a Carmelo, cuando medio Montjuïc pedía la cicuta y el otro medio amenazaba con abrirse las venas.
El final del partido fue un episodio muy visto por el españolismo este 2008. Un quiero y no puedo que acaba irritando al personal, que ve a su equipo y no sabe cómo ni con quién pueden tener sus males remedio. Los del Sporting están curados.