Otra noche de pasión europea

Copa de la UEFA | Deportivo 3 - Feyenoord 0

Otra noche de pasión europea

Otra noche de pasión europea

La goleada pudo ser aún mayor Makaay se fue ovacionado por Riazor El Feyenoord, eliminado

Lotina pidió pasión antes del partido, y la tuvo. Riazor vivió ayer una gran noche europea, con ambiente, fútbol y victoria. Es cierto que el Feyenoord lo puso bastante fácil, pero hay que marcar, jugar y acertar para ganar en Copa, Liga y, por supuesto, UEFA. La noche se redondeó con la victoria del CSKA, lo que deja el pase a tiro de una victoria, o incluso menos.

Lo curioso fue que se esperaba un Feyenoord hambriento, que su fama de ofensivo se multiplicaría por la necesidad de ganar para no decir adiós a Europa. Pues nada de nada. Verbeek plantó a su defensa adelantada y las líneas muy juntas, ofreciendo solidez, pero convirtiendo a Aranzubía en espectador. Los de Lotina se atascaron y no supieron darle velocidad al balón, pero el dominio era tan insultante que el gol sólo era cuestión de tiempo.

Valerón comenzó a aparecer con sus milimétricos pases, al igual que Cristian, Guardado y Filipe por la bandas. Con todo, el peligro real se intuía en las jugadas de estrategia, donde sí aparecían las carencias defensivas del Feyenoord. Y así ocurrió. Mista remató un córner que un defensa sacó bajo palos; el rechace le cayó a Guardado que la puso rasa al medio; nuevo despeje, siesta de Tiendalli y otra asistencia del mexicano al corazón del área para que Lopo marcase a placer.

Minuto mágico.

En el descanso el técnico holandés debió darse cuenta que estaban eliminados, así que mandó a sus jugadores que hiciesen lo que en teoría saben hacer mejor: atacar. No pudo tomar decisión más acertada Verbeek... para el Depor. En un minuto los de Lotina sentenciaron el partido. Primero colaboró Hofland marcando en propia puerta, y luego sentenció Guardado con un buen gol antes de coger el camino hacia los vestuarios.

A partir de ese instante, sólo era cuestión de saber cuántos iban a caer. Lafita y Cristian tenían pasillos en sus bandas, Valerón repartía a su antojo, e incluso Sergio llegaba desde atrás con mucho peligro. Pero ahí quedó todo, tampoco era cuestión de humillar.

¿Y Makaay? Pues el paso del que fuera ídolo de Riazor fue más bien discreto. Primero, porque este Feyenoord parece un grupo de amigos, y eso no parece lo mejor para transitar por Europa. A buen seguro que Roy estaba mirando al dorsal 21 del Depor y pensando ¿por qué no estás en mi equipo? Con todo tuvo una, y muy clara, pero Aranzubía reclamó su parcela de protagonismo con un paradón. Lo mejor que se llevó fue el abrazo del Flaco y la ovación cerrada de Riazor. Mucha suerte, maestro.