El Athletic necesita un cambio inmediato

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El Athletic necesita un cambio inmediato

El Athletic necesita un cambio inmediato

Juan Flor

La junta no quiere destituir a Caparrós, pero tiene siete días de crédito

Vuelta la burra al trigo. El Athletic no ha arrancado ni siquiera después del triunfo crucial ante Osasuna y necesita un golpe de timón inmediato. Ya que la junta directiva rojiblanca insiste en mantener su fe en Joaquín Caparrós, será éste quien deba dar con la tecla para cambiar un panorama desolador. El botín de 9 puntos de 36 posibles es lamentable, de ahí que el equipo rojiblanco ocupe plaza de descenso desde hace varias jornadas junto a los dos únicos clubes que han relevado a su entrenador, Osasuna y Recreativo. Mucha culpa de los malos resultados la tiene el entramado defensivo rojiblanco, si se puede llamar entramado a una puesta en escena blandengue y facilona para cualquiera. Ni táctica, ni físicamente, los leones están a día de hoy al nivel que exige Primera. La tabla lo dice.

Caparrós no puede con el equipo y da la sensación de que será pasto de las llamas en cualquier momento. La junta directiva no lo ve así. Al menos de momento, en su conjunto. De hecho, no se ha montado una reunión especial para estudiar la situación deportiva del primer equipo en estos días. Y eso que ayer arreciaron las críticas e incluso se habló en algún medio de gran difusión de "proyecto agotado". Se espera que el calendario que resta de aquí a que termine el 2008 ayude a salir de este enredo.

A pesar de que trascendió el nombre de Raynald Denoueix como posible sustituto desde el propio Lezama, no hay un solo responsable del club que se atreva a hablar de otro entrenador que no sea Caparrós. Es un deseo por varios aspectos. El primero, lógicamente, el deportivo en sí. A nadie le apetece creer que el panorama es desolador. Para llegar a los 42 puntos que se antojan obligatorios para salvarse, se necesitan 11 triunfos en 26 jornadas o 9 victorias y 6 empates. Esta última forma obligaría a no perder ya 11 encuentros. Una proeza si se tiene en cuenta que los leones han caído ya en siete de las doce jornadas disputadas. Por otro lado, asumir el fracaso del proyecto deportivo de García Macua y el aspecto económico. Si la venta de Aduriz fue para sanar las maltrechas cuentas, se trata de apurar la situación para conocer si no hay que asumir el coste que supondría un relevo en el banquillo. Y luego está la entidad de quien debería ocupar su puesto. Se supone que alguien que conozca de arriba a abajo el equipo, para no perder el tiempo. Caparrós debe sacar fuerzas de fl aqueza y enderezar una nave a la deriva.