El Zenit no puede con la Juve y queda fuera de la Champions

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El Zenit no puede con la Juve y queda fuera de la Champions

El Zenit no puede con la Juve y queda fuera de la Champions

EP

Empate sin goles que deja sin opciones al Zenit, que aspiraba a sumar tres puntos que metieran presión al Real Madrid antes de su choque ante el BATE Borisov. La Juventus no especuló con su plácida situación clasificatoria y realizó un partido serio en el que acumuló ocasiones en las botas de Del Piero y Iaquinta, que estrelló dos balones en el poste. El Zenit también pudo marcar por medio de Danny y Pogrebnyak, que también se encontró con la madera, pero no tuvo ni fútbol ni determinación para lograr un triunfo que era vital.

Pese al esfuerzo del sufrido público del estadio Petrovsky, que combate el frío con cánticos y saltos, el arranque del partido tuvo más que ver con la gélida atmósfera de San Petesburgo que con las hogueras de un choque decisivo, al menos para el equipo local, de la Liga de Campeones.

Más allá de especulaciones sobre la actitud de una Juventus con poco en juego y con la opción de poner en peligro al Real Madrid (suspicacias que siempre se incrementan cuando hay un equipo italiano de por medio), los dos equipos mostraron sus armas desde el primer minuto. La Juventus comprimiendo el campo con las líneas muy juntas y muchos efectivos colapsando la zona central. El Zenit con su estilo de toque y movilidad, generalmente vistoso pero esta vez espeso ante el poso competitivo de su rival. Pese a acumular muchos hombres en ataque, pese a la calidad de Arshavin y Danny y la insistencia de Denisov, Tymoschuk y un impreciso Zyrianov, el Zenit tardó muchos minutos en controlar el partido. Tantos que cuando comenzó a sentirse más cómodo y a obligar a la Juventus a jugar mucho más encerrada en su área, el descanso ya se había echado encima de los de Advocaat, que pudieron adelantarse en un gol anulado por fuera de juego en el minuto 35, tras un barullo en área italiana.

Antes de esos minutos de mayor empuje local, la Juve manejó el partido con su habitual practicidad. Su juego es un engaño: hace creer que el mando es del rival pero crece y se acomoda en esa situación ficticia. Sólo pierde el control de la situación cuando se le hace sufrir de verdad, cuando tiene que achicar muy atrás y no encuentra vías para superar un centro del campo en el que acusa una falta de talento que se veía esta vez incrementada por las bajas. El Zenit casi nunca consiguió eso mientras quedaba, con su consabida candidez defensiva, expuesto a las contras italianas, siempre protagonizadas por Iaquinta, que estrelló dos balones en los palos en ese primer tiempo. Primero en un remate tras una acción a balón parado (siempre una tortura para el inseguro Malafeev y sus inocentes centrales) y después en un remate franco en el corazón del área tras buena acción de Molinaro. Al contrario de lo que muchos temían (y las apuestas aseguraban) la Juventus, a su manera, quería el partido. Y el segundo tiempo lo volvió a demostrar.

Del Piero toma el relevo de Iaquinta y el Zenit quema sus cartuchos

El descanso enfrío a un Zenit que olvidó su ímpetu del final del primer tiempo y rebobinó el partido hasta el escenario del arranque, con la Juventus si cabe todavía más incisiva. Con el Zenit de nuevo temblando en defensa y sin contención en la media, los de Ranieri llegaron en oleadas durante el primer cuarto de hora de la reanudación y generaron hasta tres ocasiones claras, esta vez con Del Piero como protagonista. Primero obligando a Malafeev, mucho más cómodo bajo palos que en la salidas, en una acción en la que la Juve acumuló tres intentos de gol. Después con otro disparo que presagiaba su gran ocasión, un remate a bocajarro tras otra buena jugada de Iaquinta por la derecha, donde castigó el espíritu ofensivo del lateral rival, Sirl.

El Zenit seguía vivo de forma milagrosa y se preparó para quemar naves a pesar de que no es un equipo que se sienta a gusto en los arrebatos épicos. Su fútbol es más de filigrana y seda que de coraje y toque de trompeta, pero aún así supo responder a las amenazas de la Juventus con unos minutos de mayor soltura en los que rozó el gol, primero con una ocasión muy clara de Danny, cuyo disparo ante Manninger lo sacó un providencial Marchisio, y después con un tiro al poste de Pogrebnyak, al que su equipo apenas encontró. Con su tanque fuera de foco, el fútbol de fantasía del Zenit se queda romo, condenado a acumular toques y toques en las inmediaciones del área rival.

Con muchos minutos por jugar, el Zenit no tuvo continuidad ofensiva. Volvió a tener el gol cerca, en otra acción de un Danny que destila fútbol cada vez que entra en contacto con el balón. Pero no generó un caudal de juego que hiciera tambelearse a la Juventus. No se liberó nunca de la ansiedad que gripaba sus construcciones en el último pase y ni siquiera pudo crear el suficiente barullo para qque el gol llegara en cualquier jugada, de cualquier manera. Ya sin Del Piero y Arshavin en el campo, los últimos minutos fueron un frustrante desafío para un Zenit que pudo ganar y pudo perder, pero que finalmente logró un empate que no le sirve para viajar con opciones al Bernabéu después del triunfo del Real Madrid ante el BATE Borisov. La Juventus, por su parte, zanjó el partido con su habitual seriedad casi funcionarial y está a un paso de certificar el primer puesto del grupo.