¿Cómo son las sensaciones en el día después de una victoria tan especial, tan diferente?

Son muy buenas, de verdad, son increíbles... Estamos todos los jugadores del equipo contentísimos celebrando el triunfo y, en mi caso, también mi cumpleaños. Tenemos ahora la satisfacción por el deber cumplido y la felicidad por cómo se consiguió ganar en Gran Canaria. Sobre todo, por la afición, estamos contentísimos. El derbi era un partido importante, no era un encuentro más, y creo que lo trabajamos tal y como se merecía. Primero durante toda la semana y luego sobre el campo, hicimos un trabajo serio y concienzudo para hacernos con los puntos.

¿Con qué se queda de todo lo que pasó el sábado?

Si le digo la verdad, con la cara de los aficionados y con la alegría del vestuario. Son sentimientos impagables, impresionantes... Nada más acabar el partido lo fuimos a celebrar con nuestra gente y la felicidad estaba desbocada, desatada. El final del derbi fue un subidón.

Habrá sido su mejor día desde que llegó al Tenerife...

Diga usted que sí. Un día mágico. Será muy difícil que lo olvide.

¿Cómo recuerda la jugada del gol?

La recuerdo bastante bien. Saca el balón Sergio Aragoneses de portería, lo toca Richi, la pelota me cae en los pies, consigo hacer un control orientado y luego sigo con la mirada la trayectoria del balón hasta que entra.

¿Y qué pasó entonces, cuando marcó?

Se desbordó la alegría y me fui directo hacia donde estaban ubicados los nuestros. Pensé en toda la gente de Tenerife, en los que habían venido, en los que no... Y claro que también en mi familia y en todos los que me han ayudado hasta vivir un momento tan especial como lo fue el del gol del 0-1. Sin olvidarme de mis compañeros, por supuesto. Habíamos sufrido mucho en semanas anteriores y creo que nos merecíamos algo así. El trabajo fue de todos y el premio, por supuesto, corresponde a todos también.

¿Sufrieron mucho sobre el terreno de juego?

El sufrimiento por contener el resultado en la grada puede que fuera mayor en la segunda parte, pero yo soy de los que piensa que en los primeros minutos del partido fue donde más y mejor nos atacaron. Donde se produjeron las mejores ocasiones de Las Palmas fue en la primera mitad, no en la segunda. Fíjese que la oportunidad más clara de las que tienen después del descanso se las generamos nosotros mismos con aquel despeje de Luna. Tampoco es que nos agobiaran tanto como pudo parecer por nuestras ganas de ganar. Claro que queríamos que el partido se acabara, pero no porque estuviesen volcados.

¿Qué le pareció la Unión Deportiva?

Sabía que era un buen equipo, que posee buenos jugadores, pero, afortunadamente, es el Estadio de Gran Canaria un campo que se me da bien. Ya marqué la temporada pasada con el Sevilla Atlético y ahora he tenido la fortuna de repetir.

¿Cuáles cree que fueron las claves del triunfo del Tenerife?

Principalmente, nuestra seriedad. Hicimos las cosas como debíamos. Pero también la forma que tuvimos de afrontar el partido. Un derbi no entiende de clasificación, ni de quién tiene más puntos, ni de presupuestos ni de otros factores que a lo mejor sí influyen en el resto de partidos. Sabía bien que el derbi es también una cuestión de motivación, y nosotros estábamos enchufadísimos.

¿Era el derbi como se lo imaginaba?

Lo imaginaba precisamente así: grande, gigante... Por la expectación que se había levantado durante la semana, tanto la afición como los medios de comunicación nos ayudaron a entender el significado del partido y a darle la trascendencia que tenía.

Supongo que en esa tarea habrá sido fundamental también Cristo Marrero...

Sí. Todos los canarios y especialmente Cristo, que es como una insignia del vestuario, lo viven a tope. Pero no sólo era fundamental el derbi por ser el derbi; también era porque estábamos haciendo un fútbol sin premio y que necesitaba recompensa. Había que sumar de tres en tres y por fin lo hicimos. La victoria nos mete otra vez arriba.

¿Qué es lo más parecido que había vivido a lo del sábado?

El derbi sevillano, que lo jugué tres veces, que es muy similar...

Pero no con tanto protagonismo suyo..

Bueno, no. Goles tan importantes los marqué sólo una o dos veces más. El primero con el Sevilla en Primera tampoco lo olvido nunca y tampoco aquel que nos sirvió para pasar una eliminatoria de Copa. Lo marqué yo y eso me llenó de felicidad.

¿Se puede contar algo de la celebración del equipo?

El vestuario era una verdadera fiesta. Estábamos todos convencidísimos de que habíamos logrado algo importante y que nuestra gente iba a estar muy orgullosa y satisfecha del equipo. La verdad es que la celebración fue acorde al partido que era

Y además, les recibieron en el aeropuerto.

Increíble, increíble

¿Qué sintió cuando coreaban su nombre?

Me emocionó que así fuera. Las imágenes en el aeropuerto de Los Rodeos las guardo también para siempre. Nos bajamos del avión y ahí había un montón de aficionados esperándonos. A todos les estamos agradecidísimos y creo que el sentimiento de gratitud en este caso es mutuo. Se han portado de película no sólo los que fueron al Gran Canaria sino también todos los que se quedaron en Tenerife, pendientes de nosotros

Ha dicho el presidente que confía en la inercia positiva que generan victorias en partidos como éste, ¿y ustedes?

Por supuesto. Dentro del vestuario esperamos que este resultado suponga un punto de inflexión, por muchos motivos. Creo que el Tenerife tiene que aferrarse a esta victoria tan trabajada y a su fútbol de las últimas jornadas para coger una racha buena. El siguiente paso es el Zaragoza.

Ha sido usted siempre de los optimistas irreversibles. Dígame que se puede ascender de categoría.

Se lo digo, se lo digo. Sí se puede. Estamos con esa idea todos en la cabeza, aunque yendo partido a partido, porque eso es fundamental. Creo que si mantenemos las ganas y la ambición, pero sobre todo nuestra idea de juego, al final de temporada estaremos con los mejores. No creo que vaya a ser hasta dentro de unos meses cuando se defina qué equipos están en la pomada, y nosotros queremos ser uno de ellos. Se lo aseguro.