Webó confunde al Málaga

Mallorca y Málaga fueron dos ascensores perfectamente coordinados. Cuando uno se elevaba el otro estaba en el sótano. Y viceversa. Así que del partido salió un tobogán difícilmente descifrable. La puesta en escena del Málaga fue muy convincente y dominó los primeros minutos hasta que consiguió que Ramis se inmolase con un despeje inevitable pero fallido (0-1). Duda le pone veneno a cada centro. Para amigos y enemigos. Al momento respondió Josemi, hijo predilecto de Torremolinos, malaguista de toda la vida, que marcó un golazo, el primero de su carrera, y no supo si celebrarlo o no. Lleva esos colores muy dentro. Cinco minutos después apareció Baha, perfecto en la definición, agradecido al talento de Duda (1-2). Pero el Málaga empequeñeció sin ninguna lógica. Como mucho, la lógica de Webó, que le hizo un lío a los centrales del Málaga, empató y remató tres veces más a portería. Hubo marea roja, y puede decirse que el Mallorca mereció mucho más, porque fue un vendaval incontrolable. Y, sin embargo, en el último minuto Eliseu voló empujado por un defensa del Mallorca. El AVE del Málaga no creía que no hubiese castigo. Pero el penalti se fue al limbo y a los blanquiazules les molestó mucho. Tanto que Albert Luque, que aprovechó sus cinco minutos para demostrar que está pero que muy bien y que fue testigo privilegiado de la jugada, calificó a Pérez Burrull como "el peor árbitro de todos". Sin cortes.

El Málaga se sintió perjudicado por el árbitro, pero no por la fortuna. El Mallorca llegó mucho porque la defensa fue un solar sin una camiseta blanquiazul. Todas las piernas eran rojas y a Goitia le exigieron a base de bien. Josemi, partidazo el suyo, fue un avión por la derecha. Jurado puso en serios aprietos a Gámez con sus roscas cerradas y Webó husmeó por el área y encontró el balón perfecto para empatar. Al Mallorca le faltó aire para el 3-2. Y al Málaga, aire para oxigenarse. Sus cambios llegaron tarde. Tapia intentó apurar para ganar tiempo y llegó tarde. Su plan no era malo, terminar de dormir el partido y matarlo al contragolpe en el último cuarto de hora. Pero no le aguantó.

Fue un punto bastante antipático para dos equipos que se vieron ganadores en una tarde de protagonistas. Otra vez exquisito Duda, que aunque desapareció en la segunda parte, inventó las jugadas de los dos goles. El pase a Baha en el segundo es otro de videoteca. Uno de los mejores amigos que Duda hizo en Málaga porque era tan aficionado a la caza como él fue Josemi, rescatado para la causa por Manzano y rechazado por el Málaga este verano. Josemi tenía muchas cosas que demostrarle a un club al que le regaló cuatro millones de euros cuando fue traspasado al Liverpool. Su historia con el Málaga ha tenido algunos desamores. Como cuando Manolo Hierro no quería hacerle un contrato digno y sobrevivía con un Peugeot 205 que era una tartana. Como este verano, cuando el club de su vida le rechazó. Pero Josemi lleva tan dentro al Málaga que cuando marcó el primer gol de su carrera, de bandera además, corrió hacia ningún lado con una sensación de emociones encontradas. Lo primero que hizo cuando acabó el partido y la profesionalidad fue ponerse la camiseta del Málaga. Ayer mandó noticias. Está más que vivo.

El gol superó a Goitia, titular por primera vez esta temporada y recambio del discutido Arnau. Estuvo sobrio y paró exactamente lo que tenía que parar y un poquito más. Lástima para él que no pudiese con el justísimo empate de Webó, que castigó un error impropio de Weligton. El brasileño ya sabe que esto no es Segunda. Que cada error es castigado con un gol y a otra cosa. No está de suerte.

Manzano cree que el punto fue poco premio para el Mallorca, pero también podría preguntarle a Eliseu si piensa igual. El Málaga nunca podrá entender que Pérez Burrull no pitase penalti en el último minuto, pero esto es lo que tienen los partidos-tobogán, que no hay quien los controle. Ni siquiera el árbitro.

El detalle: el Málaga en bloque pidió el penalti a Eli

Apoño dijo que el defensa le había dado un "rachón increíble" a Eliseu. Tal vez fue la definición más contundente. Aunque las repeticiones no lo dejaron claro, la forma de protestar de los jugadores del Málaga permite pensar que el agarrón sobre Eliseu pudo ser castigado como penalti.