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Liga Adelante | Salamanca

Alberto y Niño: campeones, amigos y el domingo rivales

Coincidieron en el Mallorca, en el que ganaron una Copa

Carlos Andrés

Fue en el Martínez Valero de Elche. Samuel Etoo destrozó al Recreativo de Huelva y, unos minutos después, Miguel Ángel Nadal recibió de manos del Rey la Copa de la que presumen Alberto Cifuentes y Fernando Niño.

Fue en 2003. Cinco años después, el portero de la Unión y el defensa del Elche se reencontrarán el domingo en un estadio, el Martínez Valero, que nunca olvidarán. "Fue un día muy bonito; disfrutamos mucho durante el encuentro y después", recuerda Alberto. A Niño le encandiló tanto ese campo que ya lleva cinco temporadas jugando allí: "Tuve la suerte de volver y estoy contento por estar en esta ciudad y poder disfrutar de este estadio".

Los dos compartieron amistad y anécdotas durante cuatro años en el Mallorca. "Fernando es muy bromista", afirma el portero con la posterior réplica del defensa central: "Él es más bromista que yo; siempre llevaba la voz cantante. Un buen tío, uno de esos jugadores que hace vestuario".

El partido. El domingo llega el líder a Elche. Alberto es el segundo portero menos goleado y el conjunto de Claudio Barragán acumula cinco semanas sin recibir un tanto. "No me sorprende que vayan primeros. Tienen mucha calidad. Les he visto por la tele y, para mí, es un claro candidato a subir. Además, cuentan con un gran portero. Los dos equipos estamos bien defensivamente. Cualquier error le costará el partido a uno de los dos", sostiene el central andaluz. "A mí Niño me encanta como central y el Elche está en un gran momento, pero he jugado dos veces allí y me ha ido fenomenal", recalca Alberto.

La conversación entre los dos continúa y los goles de aquella noche de 2003 regresan a sus mentes. "No era malo el tal Etoo...", afirman; "ese día estaba muy motivado porque se había muerto un compañero suyo de Camerún y le quería dedicar la victoria".

Tras recibir una réplica de la Copa de manos del Rey, llegó la celebración. "Sólo recuerdo que estuvimos una hora y media esperando un taxi para volver al hotel después de la fiesta. Porque estábamos contentos..., pero una hora y media es mucho tiempo ¡eh!", dice entre risas Alberto. "Fue una noche larga", concluye Fernando Niño.