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Amistoso | Escocia - Argentina

Maradona debuta con revés: Gianinna está mal y Kun se fue

Agüero se vino a España al conocer que la hija de Diego tiene un problema en su embarazo

<b>CHARLA ANTES DEL DEBUT. </b>Diego Maradona se dirige a sus jugadores en el entrenamiento de ayer en Glasgow. Agüero todavía no había abandonado la concentración para marcharse a Madrid y estar junto a Gianinna.

La familia se le coló a Maradona en su debut: Gianinna, hija del Pelusa, tuvo ayer por la tarde un problema con su embarazo y Agüero, novio de una y yerno del otro, dejó Glasgow para acompañarla en un hospital de Madrid. Revés inesperado en lo que se preveía iba a ser un estreno de ensueño, porque La Bombonera de Buenos Aires no se nos antoja mejor lugar que Hampden Park para el primer partido de Diego como seleccionador. Escocia es tierra de anti-ingleses acérrimos, de adoradores en consecuencia del Dios que mandó a casa a los Three Lions en el 86, condenándolos de la manera más cínica en fútbol: les metió un gol con la mano.

Tanto será el cainismo que, 22 años después de aquella Mano de Dios, el rotativo The Daily Record obsequió a Maradona con un trofeo conmemorativo. Con menos guasa se lo toma el segundo técnico de Escocia, Terry Butcher, que fue precisamente uno de aquellos ingleses burreados por La Mano de Dios y, minutos más tarde, por la "jugada de todos los tiempos". Butcher ha asegurado estos días que nunca "perdonaría" a Maradona por aquel tanto con la mano y Diego contestó ayer como suele, sin diplomacias: "Me da igual si Butcher me perdona o no. Yo sólo le voy a recordar que Inglaterra venció una final contra Alemania (en el Mundial 1966, cuando el equipo germano cayó derrotado gracias a un tanto que no llegó a entrar) con un gol que no fue, que lo vimos todos y nadie dijo nada. La historia no se cambió. Butcher no me puede juzgar de ninguna manera".

Le juzgará Argentina, un país ávido de buen juego y de resultados tras la corta y oscura segunda etapa del Coco Basile. No parece fácil, al menos hoy: a la repentina baja de Agüero se suma la de Messi, con bula para los amistosos, y también la de Riquelme, el único centrocampista creador que ahora mismo tiene en nómina la albiceleste. Se espera que Maradona dé el primer brazalete de capitán a Mascherano, un picapedrero. Con todo, su hombre clave debe de ser Fernando Gago, uno de los pocos madridistas a los que la crítica ha salvado del purgatorio durante estos días difíciles por Chamartín.

La medalla dorada. Gago fue uno de los protagonistas de la tierna escena vivida sobre el césped del Celtic Park, el otro gran estadio de la capital escocesa. Allí se entrenaba Argentina cuando el medio blanco recibió un balonazo que le mandó al garete una medallita dorada de San Cristóbal. Gago se puso a buscarla como loco por el césped y a la caza se sumaron, además de varios compañeros, un implicado Maradona. La encontró un recogelepotas adolescente, Adam Brown, al que Diego cogió en volandas mientras le abrazaban sus jugadores. Adam le devolvió la medalla impresionado y a Diego se le iluminó la cara: parecía como si volviera a recibir la Copa del Mundo.

Maradona "Quiero que jueguen para mí"

"Este es un nuevo comienzo, pero no lo veo como si yo tuviera que demostrar algo. Estoy acá para dar mi apoyo y mi experiencia. Mientras nosotros tengamos la pelota y mantengamos el respeto por la camiseta, estaré tranquilo. No les pido nada más a los muchachos, ellos han sufrido algunos golpes. Les pediré que jueguen para Maradona. Me habría gustado poder contar con Riquelme y Messi, pero Argentina no puede quedarse con los brazos cruzados si no les tiene. Tenemos que encontrar otras alternativas. Hay que ponerle el pecho a las balas. Creemos en la camiseta y eso es intocable. No me gustó que contra Chile se caminara sobre el campo".