Su padre, Giuseppe D'Agostino, está relacionado con 10 homicidios, según consta en los informes de los Carabinieri. Él, Gaetano, podría debutar mañana como internacional italiano si Lippi decide darle entrada en el amistoso de la azzurra ante Grecia.

Gaetano D'Agostino, mediocentro de 26 años del Udinese, está amenazado de muerte por la mafia por ser hijo de Giuseppe. Su padre es un arrepentido de la Cosa Nostra que colaboró con los fiscales antimafia: los que fueron sus compañeros de delitos le condenaron a muerte por traición. Las condenas de la Cosa Nostra se extienden siempre a la familia inmediata del sentenciado.

Esta truculenta situación familiar ha condicionado la vida deportiva de Gaetano. Abandonó el Messina, equipo de Sicilia, y se fue a vivir a Roma ya que residir en la isla entrañaba graves problemas para su seguridad. En el Roma se entrenaba a solas y a puerta cerrada para facilitar el trabajo de sus escoltas. Los malos resultados en la capital le animaron a volver a Sicilia cuando el Messina se interesó por él. Regresó tras recibir el visto bueno de los Carabinieri.

Aquellos días convulsos han quedado atrás. El Udinese confió en él y en su tercera temporada en el Friuli ha jugado las 12 jornadas de liga, en las que ha metido tres goles (en las nueve temporadas anteriores sólo había conseguido siete) lo que ha hecho que Lippi se fije en él.

D'Agostino coincidió en el Messina con Sculli, nieto de Giuseppe Morabito di Africa, capo de la mafia calabresa al que detuvieron durante un partido por ir a ver a su nieto.