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Los lunes del Asador Donostiarra | El milagro del Xerez

"En verano éramos doce gatos y ahora miramos a Primera"

PASA REVISTA El fútbol es tan grande que a veces permite que el trabajo de profesionales supere problemas económicos y pleitos políticos y accionariales. El Xerez es un milagro. Esteban, Antoñito y Rondán lo cuentan en el Asador.

Damián González
Actualizado a
<b>LA ALEGRÍA DEL XEREZ. </b> El Donostiarra fue escenario del encuentro de AS con tres de los hombres clave en el milagro del Xerez Club Deportivo. Antoñito, expresivo, habla arriba con la sonrisa de Esteban, Rondán, Roncero y Manolete, que se lo pasaron en grande. Como Alfredo Relaño, San Martín, Carlos Cariño y Álvaro Rivero. ‘Musho Xerez’.

H ablamos largo y tendido del milagro de un Xerez que sobrevive a los pleitos políticos de la ciudad, a líos actuales con la inminente venta del club (de Joaquín Morales a Francisco Nuchera), naturalmente a problemas de impago que se repiten cíclicamente, y hasta a dificultades a la hora de poder entrenarse en las debidas condiciones por falta de instalaciones propias. Pues con todo eso sobrevolando en el ambiente ha cogido carrerilla un equipo que esta semana se acuesta segundo de la tabla en Segunda gracias al trabajo de los profesionales que lidera en el banquillo Esteban, el célebre 'Boquerón', un entrenador que pide paso y que ya supo encontrar su hueco en la historia como jugador en Málaga y Barcelona.

Toma la palabra el míster, Esteban Vigo Benítez (52 años, dos etapas en el Málaga, diez años en el Barça de los Schuster y Maradona): "El milagro fue que el equipo se salvara la temporada anterior y haber podido mantener el grupo humano que lo consiguió, haber sujetado la base y el mismo bloque. Cuando llegué el curso pasado cogí al Xerez con 22 puntos, penúltimo, y a partir de ahí hicimos 30 puntos, números prácticamente de ascenso. Eso y el comportamiento de los jugadores es lo que hizo que viera las cosas con optimismo para esta temporada, a pesar de los problemas. Lo que existe en el Xerez es el 'feeling' entre técnicos y jugadores. Pero no es fácil trabajar así cuando nos hemos pasado hasta cinco meses sin cobrar, porque es lógico que muchos futbolistas o no quisieran repetir en el club o mostrasen reticencias a la hora de venir. De hecho, en la pretemporada empezamos doce gatos y ahora miramos a Primera: tuvimos que retrasar el inicio del trabajo una semana por falta de jugadores, sólo teníamos a esos doce. Yo hablo mucho con ellos y les digo a veces con sorna que en mi etapa anterior fueron ocho los meses seguidos que no cobramos...".

De eso sabe mucho (lo sabe todo) Miguel Ángel Rondán, 41 años, el director deportivo del club. Lo que se dice un hombre de la casa: doce como jugador y el resto como entrenador y director de una cantera inevitablemente corta y difícil de sostener (un filial, dos juveniles y dos cadetes). Y ahora fichando... lo que se puede. "La última deuda del Xerez se canceló gracias a la promesa que cumplió con el Ayuntamiento un empresario, Francisco Garrido, que le hizo un préstamo al club de dos millones y medio de euros. Es verdad lo que dice Esteban, se empezó esta temporada con doce y ahora somos un escaparate con proyección. Para completar la plantilla tuvimos que ir al mercado de cedidos o a la búsqueda de jugadores en proceso de rehabilitación, en teoría devaluados en los últimos años pero con hambre de recuperar su nivel y el terreno perdido. Manejamos un presupuesto de coste de plantilla de unos 4,2 millones de los siete del club. A mí se me dice 'hay esto, muévete'. El Zaragoza, por ejemplo, tiene 42. También es cierto que ahora te llaman algunos de los que no vieron claro venir cuando les contactamos en verano".

Atrás han quedado años difíciles, muy complicados, y casi siempre con la política y los políticos alborotando alrededor del club: "El Xerez nunca ha estado en Primera y de hecho ahora lleva nueve años seguidos en Segunda, más que nunca. El club y esta ciudad necesitan verse entre los grandes por vez primera. Aquí hay 8.000 socios, todos de Jerez; el Cádiz es el equipo de Cádiz y de toda la provincia. Si subes ese escalón en la historia y te conviertes en el referente, se sumarán aficionados de todos los sitios de aquí. La gente se anima y acaba siendo del equipo que está en Primera. Podríamos llegar a los 15.000 en la ciudad. Hay rivalidad, pero pensamos que sería bueno que Jerez subiera a Primera y que Cádiz volviese a Segunda".

Peregrinación al poste.

Bueno, ese deportivo y sano propósito de intenciones siempre hay que matizarlo porque, en efecto, la rivalidad entre Cádiz y Jerez es enorme. Asiste a la charla con AS como representante de la plantilla Antonio Ramiro Pérez, 'Antoñito, un delantero de 30 años que se formó en el Sevilla y que ha vivido ya aventuras en equipos como Racing o Murcia, un andaluz y bromista que ejerce con salero de ambas cosas: "Aunque la rivalidad más grande es la de Sevilla y Betis, quizá porque son de la misma ciudad, la de aquí es tela. Estábamos celebrando la permanencia del Xerez en el vestuario y escuchábamos a los aficionados festejarlo también en el campo, cuando de repente se hizo el silencio: acababa de fallar un penalti decisivo Abraham Paz con el Cádiz en Alicante contra el Hércules y ese fallo le llevaba al descenso, todo el campo se paró y empezó a celebrar más el descenso de ellos que la permanencia nuestra. Y luego ha habido muchísimos aficionados del Xerez que cuando han ido a Alicante se han hecho fotos casi como en una peregrinación en la portería y en el palo que selló ese fracaso del Cádiz".

Inevitable la sonrisa generalizada de los comensales y Antoñito pasa a ponerse más serio cuando habla del momento que vive ahora: "Cobramos mes a mes y del uno al cinco, pero cobramos. Aunque como no sabemos qué pasará en diciembre nos vamos a ir todos ahora a comprar los Reyes... Pero en el campo la verdad es que estoy disfrutando como nunca. En el Murcia y en el Sevilla, por ejemplo, se tenía la presión y la exigencia de subir, aquí no existe esa ansiedad aunque la ambición nos la ponemos ya nosotros. Hay un equipo que se ha construido con inteligencia y sentido común, hay futbolistas de calidad y con muchísimas ganas de demostrar lo que son, y hay una filosofía de juego que ha impuesto el míster que nos gusta a todos y que nos hace sentirnos cómodos. Eso se nota en el campo. Yo llevo seis goles, pero me aprovecho como segunda punta del gran trabajo que hacen por delante Calle o Mario Bermejo. ¿Que el míster me pone menos fuera que en casa? Bueno, sí que hay un debate pero yo no pido explicaciones cuando me pone, así que no voy a hacerlo cuando no lo hace. Y, además, en los rondos le puedo atizar, je, je".

Tercia Esteban: "Hay 25 en plantilla y yo siempre les digo en mis charlas que sé lo que piensan, que en realidad pienso como ellos porque yo he sido muchos años jugador. Yo me meto en su mundo. Y todos los futbolistas somos (digo bien, somos) la gente más egoísta del mundo". Se abre turno sobre la apuesta ganadora de Esteban: "A mí me gusta por las características de mis jugadores el 4-2-3-1 y jugar con bandas, ahí tenemos a Pedro Ríos y a Momo que están rindiendo muy bien. Momo vino del Depor, aquí juega y corre, y es que éste (por Rondán) se lleva muy bien con Lendoiro. Pero más allá del dibujo o de la táctica, la realidad te dice que si un equipo juega bien al fútbol tiene más oportunidades de ganar que si juega mal". Olé, Esteban, un tipo que ha vivido también ya aventuras profesionales... en Rumanía: "Y por tres veces, las dos primeras como ayudante de 'Talín' Alexanco en Craiova con el Universidad, y la segunda en Bucarest con el Nacional. En Craiova vivíamos en un palacio de esos de Ceaucescu, pero hacía un frío y de noche ni salíamos a cenar. Perdí doce kilos... Luego hace muy poquito volví otra vez a Bucarest, al Dinamo, ya como primer entrenador y con Urbano de segundo. El jugador rumano técnica e individualmente es muy bueno, pero colectivamente y en disciplina táctica son un desastre. Allí hay tarea por hacer".

Bromas con González.

Esteban llegó solo al Xerez y comenzó a trabajar con hombres de la casa, Ñoño Méndez es su segundo, Ortega es el preparador físico y José Luis González, entrenador de porteros. ¿González, porteros? Sí, el mismo González que viste y calza, el que le paró el famoso penalti a Djukic en un Deportivo-Valencia en el último minuto del partido del último suspiro de aquel campeonato que le dio la Liga al Barcelona y desató rumores de todo tipo. Antoñito no se corta y le sigue dando la tabarra al bueno de González, que debe estar harto el hombre de que le pregunten por esa historia: "Esa fue la única parada seria que hiciste, ¿eh?, le digo. Se pica un poco y me dice que él era un especialista en pararlos. E insiste por activa y por pasiva que no cobró prima extra...". Ya. Esteban cuenta una anécdota: estando con González se encontró con el periodista Carlos Herrera, al que le tira el azulgrana y al que fue a saludar. "Le presenté a González y Herrera me dijo con gesto eufórico: ¿González, el González de Djukic? Venga amigo, dame un abrazo".

Surgen algunas otras consideraciones acerca del futuro socio-económico-político del entorno xerecista. El estadio es propiedad del Ayuntamiento y los políticos revolotean y sufren altas y bajas a veces según la fuerza del club. Habla Esteban: "Había que cortar el estar todos los días en los medios hablando de si se compra o se vende el club, de si sigue éste o viene el otro. Nosotros teníamos que aislarnos, la plantilla habló conmigo e hizo pública una nota para quedarse al margen. Eso se ha respetado por la Prensa. Sólo el capitán, Mendoza, puede hablar del tema. La fuerza del Xerez es su equipo". Eso sí, si hay ascenso ("hay que apretar y pisar el acelerador en las últimas diez jornadas", dice el míster) no se espera ningún Mercedes de regalo, como en su día hizo Pedro Pacheco, alcalde de la ciudad durante 24 años y ex presidente del club, por un ascenso de Segunda B.

Esteban recuerda con cariño a Juanito, ambos volvieron al Málaga y lo hicieron grande cinco años tras sus largas historias en Barça y Madrid: "Estuve a punto de ir al Madrid porque Pavic y Miljanic, dos yugoslavos de entonces, dirigían al Málaga y al Real Madrid y hablaron de ello. Al final el Barça pagó veinte millones de las antiguas pesetas y un torneo en la Costa del Sol, acabé en el Camp Nou y no me arrepiento: metí goles y muchos al Madrid". Tomás Roncero lo encaja con su conocida y blanca deportividad...