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Liga BBVA | Getafe 0 - Sevilla 2

El pirata fue Luis Fabiano

Palop paró un penalti a Granero y el Geta se hunde

J. Damián González
<b>PENALTI CLAVE. </b>Esteban Granero tiró muy mal el penalti, raso y flojo a la derecha de Palop, que lo paró sin problemas.
PENALTI CLAVE. Esteban Granero tiró muy mal el penalti, raso y flojo a la derecha de Palop, que lo paró sin problemas.sastre / andrés / sánchez

Definitivamente no es el año del 'Pirata' Granero y tampoco tiene suerte el Getafe cuando decide irse al abordaje. Hizo algunas cosas buenas el equipo de Víctor en el primer tiempo, como que Gavilán le buscase una y otra vez la cintura al colombiano Mosquera, que pasó una tarde horrible. No fue suficiente ni el desborde de Gavilán por la izquierda ni el despliegue de Casquero por todo el campo ante los ojos de Del Bosque porque al final el que se llevó el tesoro fue el pirata más listo, Luis Fabiano, un pedazo de delantero, un goleador que hundió al Getafe con una maniobra de desmarque y definición ejecutada con la precisión del mejor cirujano. Aunque la jugada clave estuvo minutos antes cuando un balón colgado por Albín se lo comió Mosquera, que al revolverse le metió el brazo en el cuello a Gavilán, que se le iba otra vez. Penalti claro y decisión errónea porque lo tiró Granero, jugador de talento pero que está sin confianza y a años luz del que deslumbró el curso anterior. Chutó raso, flojo, un tirito que atajó Palop, que amansó la pelota como si fuera un corderito con lazo (azul).

Propósito de toque.

Inevitable la pregunta del millón: ¿por qué demonios no tira los penaltis Casquero, el chutador del equipo? El Getafe siguió varios minutos más tratando de complacer a los exigentes del caviar perdido con propósito de enmienda, con propósito de llegar al área tocando más y mejor. Licht ayudaba a Gavilán y entre los dos le hacían un dos contra uno a Mosquera (¿qué pinta un central ancho, lento y rígido en el lateral?) y Casquero tiraba del carro hasta con lujos como una ruleta, pero a medida que avanzaba el partido el talaverano cogía el balón, lo subía, miraba a un lado y no se movía nadie, se giraba al otro y tampoco. El Geta fue de más a menos impotente, cinco partidos ya sin ganar y el consabido ¡Víctor vete ya! al final.

Al Sevilla le bastó con la facilidad de su dupla de ataque, la pegada de Luis Fabiano (demoledora) y las maniobras de distracción de Kanouté, que atrae a los centrales como un imán y los arrastra a terrenos pantanosos para que su colega los mate en el barro.

También ayudó lo suyo que Maresca nunca le perdió la cara al partido (ni a Casquero) en el medio campo, protegido siempre por Fazio, central reconvertido en pivote defensivo que oxigenó también a sus propios centrales. ¿Planteamiento defensivo de Jiménez? Puede que sí, puede que no... El caso es que la inoperancia arriba del rival incluso en los arreones finales permitió una tarde si no plácida sí victoriosa, sellada con el contragolpe de De Mul. Se sube el Sevilla a la zona más noble de la Liga, mira el Geta con inquietud al Camp Nou. Y luego vendrá ya al Coliseum el irreal Madrid, pero esa sí que es otra historia...