Valladolid 1 - Real Madrid 0
El Madrid se deshace
Un buen gol de Canobbio y la excelente actuación del portero Asenjo permitieron al Valladolid derrotar a un Madrid que ofreció una pobre imagen en ataque.
El Real Madrid viajó a Valladolid con el objetivo de no perder, con la mentalidad de un equipo pequeño que ajusta sus mecanismos para no recibir goles y entrega el ataque a la inspiración de sus delanteros y al contragolpe. Lo que han hecho toda la vida los conjuntos que visitan el Bernabéu y que ahora se ve obligado a hacer el Madrid por las limitaciones técnicas y tácticas del equipo que entrena Bernd Schuster. El Madrid cambió el toque y el buen trato de la pelota por un fútbol directo, pero eso tampoco le sirvió para imponerse al Valladolid, que se impuso gracias a un golazo de Canobbio, que fusiló a Casillas después de recibir solo dentro del área un envío de Pedro León. La acción sirvió para retratar a todo el equipo y dejar en evidencia todo el sistema defensivo en una noche para olvidar.
En esta ocasión al Madrid no le salvó ni la heroica, esa entrega que por lo menos no ha perdido. Cuando uno hace del miedo y de la ansiedad sus principales señas de identidad, cualquier contratiempo parece insuperable. Los problemas se acumulan sin que nadie se atreva o sepa encontrar respuestas. Los nervios se suman a las limitaciones propias de esta plantilla y el resultado es una incapacidad total para reconducir la situación y buscar soluciones.
El Madrid vive instalado en el desconcierto, en un aparente desgobierno dentro del campo provocado no tanto por las decisiones tácticas de Schuster, que no ayudan en nada, sino por las limitaciones de los futbolistas. Lo peor del Madrid no es sólo que ofrezca una imagen impropia de su escudo, sino que hay jugadores que no dan para más, que están al límite de sus posibilidades. Y esas cualidades no alcanzan para ganar al Valladolid, hasta esta jornada el 16º clasificado. Ha caído el equipo en una dinámica negativa en la que nada sale, todo se vuelve en contra y la reprobable planificación de fichajes del pasado verano ha saltado por los aires con las lesiones. Este Madrid se deshace y no se adivinan soluciones fáciles.
Tampoco acierta Schuster con las soluciones que busca. Pretendió juntar las líneas, cerrar los espacios para proteger a Casillas y durante buena parte del choque lo consiguió, pero a cambio renunció a llevar la iniciativa, a tener el balón y sin la pelota el Madrid siempre sufre. Javi García acompañó a Gago y Guti en el centro del campo, sin aportar absolutamente nada. No dio salida al juego del equipo y tampoco se lució en la contención. En ataque, Higuaín estuvo demasiado solo y aislado hasta la salida de Sneijder por su compatriota Van der Vaart, desaparecido y ausente, como si el encuentro no fuera con él. Raúl pagó el esfuerzo del martes en Copa y puso voluntad y poco más. La consecuencia de la alineación fue un bloque descompensado, que volvió a sufrir como siempre.
Enfrente el Valladolid mostró un planteamiento inteligente, con las líneas muy juntas, presionó muy arriba e intentó abrir el campo para hacer daño al Madrid donde más sufre, en las bandas. Suya fue la posesión de la pelota y transmitió la sensación de que el encuentro se disputó al ritmo que quiso Mendilibar.
Se equivocó el Valladolid al dar un paso atrás en el tramo final del choque y ahí nacieron sus únicos problemas y vio el Madrid algo de luz. Todo ello coincidió con la salida de Snjeider al campo. Será casualidad. O no. Con Sneijder en el campo, Guti tuvo a alguien que hablaba su mismo idioma.
Y cuando el Valladolid perdió algo el control surgió la gigantesca figura de Asenjo, un portero con un futuro espléndido y un presente brillantísimo, que completó un partido casi perfecto. Salvó un mano a mano ante Raúl a cuatro minutos del final y antes también impidió el empate en una doble intervención felina. Pedro López se encargó de acabar con cualquier esperanza de empate para el Madrid al sacar bajo palos un cabezazo de Cannavaro.
El Valladolid se multiplicó para ganar mientras el Madrid lo apostó todo a una de esas reacciones finales que tantas veces le han salvado y que esta vez no llegó. Por primera vez en toda la Liga los de Schuster se quedaron sin marcar, pero sí terminaron con uno menos, algo que ya no sorprende. Esta vez el expulsado fue Heinze.