Internacional | Argentina
El hijo de Grondona podría ser segundo de Maradona
Está en las quinielas en el lugar del vetado Ruggeri
La reunión de la que Diego Armando Maradona salió como seleccionador de Argentina oficioso se celebró en la residencia que los Grondona tienen en Puerto Madero. La prensa habló del G-3 por la presencia de los tres pesos pesados que se sentaron en la mesa: Julio Grondona, presidente de la AFA, Carlos Bilardo y Diego Armando Maradona. Pero en la mesa había dos persona más, los hijos del máximo dirigente del fútbol argentino: Humberto, entrenador de Talleres de Córdoba (en la Nacional B), y Julio Ricardo, presidente del Arsenal de Sarandí (en la Primera argentina).
Julio Grondona se ha cerrado en banda ante la posibilidad de que Óscar Ruggeri sea la mano derecha de Diego Maradona en el banquillo de la albiceleste. Ayer llegó a comentar respecto al ex central madridista: "No me gusta su cara". En la nómina de candidatos aparecían también Mancuso, que será quien se siente en Glasgow junto a Maradona de forma provisional, y el Tata Brown y Sergio Batista, cuyos nombres suenan en las quinielas para el banquillo de River Plate, actual farolillo rojo, junto a los del Tolo Gallego y Cagna.
Sin embargo, en las últimas horas en Argentina ha cobrado fuerza en la lista el nombre de uno de las personas presentes en el cónclave de Puerto Madero. Humberto Grondona, actual técnico de Talleres, podría ocupar la plaza de ayudante de Diego Armando Maradona, algo que su padre avala.
Grondonita, controvertido técnico al que han acusado de utilizar a favor del Talleres la influencia de su padre sobre los árbitros, fue incluido en las quinielas por su padre que manifestó tras la designación de Maradona que existía "la posibilidad de que Humberto colaborase con las divisiones juveniles por petición de Bilardo". Aquel día Grondona padre también aseguró: "La formación del staff dependerá de lo que digan Diego y Bilardo. Voy a aceptar lo que ellos quieran". Maradona ha hablado y quiere a Ruggeri. Grondona se niega. El pulso está echado y Grondonita espera novedades.