Aferrados a Tchité y Bilic

El clásico del Cantábrico ya está aquí de nuevo. Tras 11 años sin verse las caras en Primera, Racing y Sporting se retan con las mismas necesidades de siempre. Aunque, también, con trayectorias ascendentes tras los últimos resultados y, sobre todo, debido a las bellas formas de conseguirlos. Así, Muñiz y Preciado han pasado en tan sólo unos días de estar cuestionados a sentirse valorados. El fútbol.

El triunfo cántabro en Mestalla de hace una semana y el partidazo que se marcó ante un Schalke de Champions han traído de nuevo el optimismo a El Sardinero. Algo similar a lo que ha sucedido en Gijón después de los cuatro triunfos seguidos de su equipo en Liga (más el de Copa). Eso sí, la gran diferencia entre uno y otro conjunto es que en El Molinón nunca hubo pitos y sí comprensión y apoyo, y en Santander algunos ya habían preparado la horca.

Hoy, estos arranques irregulares ya no valdrán para nada. Lo que importa es el presente y, éste, dice que ganar te aleja de la hoguera. Para lograrlo y sumar su primera victoria en casa, Muñiz tendrá problemas. Al cansancio acumulado tras haber puesto a los titulares en la UEFA por aclamación popular, se une que Munitis sufrió ayer un golpe en su ya maltrecho tobillo derecho. Además, Lacen arrastra un proceso febril y a Toño le volvió por la tarde ese vértigo del que no se desprende. Valera y Luccin estarán al tanto de los partes. Mientras, Preciado sólo baraja la posibilidad de meter a Michel por Matabuena, que volverá a la que fue su casa, al igual que el técnico y Neru. Bilic (seis goles) es la mejor baza asturiana. De la misma manera que Memé Tchité lo es para el Racing. Gracias a ellos, este derbi huele a gol.

1.200 asturianos en las gradas

Más de mil seguidores del Sporting arroparán a su equipo en El Sardinero. Las limitaciones del aforo han impedido que la avalancha sea mayor. A principio de la semana había muchos más viajes preparados con destino Santander pero el Racing sólo pudo poner a su disposición un cupo limitado de entradas debido a que la mayoría de asientos son para abonados. Muchos de estos aficionados las han tenido que comprar por su cuenta.