Santos, a su abogado: "Esto es una pesadilla"

Santos Mirasierra, de 34 años, recibió ayer en la prisión de Estremera a la que ha sido trasladado desde la de Soto del Real, la visita de su abogado, Erlantz Ibarrondo, quien le informó de la petición de ocho años de cárcel que la Fiscalía le reclama por atentado a la autoridad. "No me lo puedo creer; esto es una pesadilla", exclamó el miembro de Ultras Marsella desde su nuevo destino: el módulo 4 del centro penitenciario Madrid VII, cerca de Tarancón, a unos 80 kilómetros de la capital. Santos está encarcelado desde hace 37 días por, supuestamente, herir a un policía (el agente sufrió una brecha en la cabeza que necesitó siete puntos) en la revuelta del Atlético-Marsella del pasado 1 de octubre.

Más lejos de Tarancón, en Marsella, el llamado en Francia caso Santos ha ido tomando cuerpo según Mirasierra pasaba los días en prisión. Las primeras protestas llegaron por parte de su club, el Marsella, y de su presidente, Pape Diouf, sí, el mismo que ve el granito en ojo ajeno y no ve la viga en su el suyo propio. Luego fueron los jugadores franceses los que se sumaron a las protestas, y ayer, por vez primera, comenzaron a notarse en Francia movimientos políticos y mediáticos pro-reo.

Pero Mirasierra, aunque proclama su inocencia, no lo tiene fácil. El titular del juzgado 33 de Madrid, Tomás Martín, ha tomado en consideración la petición del fiscal y a Santos le pueden caer ocho años de prisión, además de la prohibición para entrar en estadios durante tres años a partir de que obtuviera la libertad, la privación del derecho de sufragio mientras cumpla la pena y 1.200 euros que, visto lo visto, son el chocolate del loro.

Mientras Mirasierra sigue preso, su abogado, Erlantz Ibarrondo, no da crédito al giro que ha dado el caso: "Santos debería poder regresar a Marsella, porque Francia es un país comunitario y pertenece a la zona Schengen. Parece que mi cliente es un ogro, cuando en Francia es conocido por ser un activista contra el racismo". El fiscal no piensa lo mismo.