El campo maldito, Guti y Darío

El Bernabéu, posiblemente el campo con más solera de España, es un infierno para el Málaga. Está maldito el césped de Chamartín para los blanquiazules, a los que les ha pasado de todo en casa del Real Madrid. Han perdido por la mínima, goleados, de manera justa, otras no tanto, han empatado... Pero nunca, nunca, ha conseguido ganar. Recuerda como batallita Fernando Sanz que el único empate logrado allí fue con gol suyo. Normal que lo tenga grabado, apenas los hizo en su carrera, pero eligió el sitio perfecto. Sobre todo para él, por las connotaciones familiares y personales que tiene. No recuerda el presidente del Málaga que el 20 de marzo de 2005, también con Tapia en el banquillo, mandó al limbo el 0-1 tras un córner botado por Duda. Historias del Bernabéu.

Pero más cerca que entonces lo tuvo el Málaga el 4 de febrero de 2001. Un inolvidable 4-3 que se encargó de calentar el irreverente Darío Silva, que llamó nenaza (y cosas peores) a Guti. Se habló más de eso que de fútbol. Y fue una pena, porque aquel Málaga se salió en la Casa Blanca pese a perder. En aquella ocasión marcaron Guti y Raúl (dos), que hoy estarán presentes. Por contra, la mayoría de jugadores blanquiazules se estrenan en un duelo de esta magnitud. Listos y con hambre, esperando sus primeros noventa minuti, longos e inolvidables, aguardan Baha, Weligton, Jesús Gámez, Apoño, Eliseu... De notoriedad menor en un teatro donde juegan mitos, pero que sueñan con escribir sus nombres en la memoria colectiva blanquiazul. Ellos no saben de pasado.