Liga de Campeones | Atlético de Madrid
La 'Rafalution' entra en la historia del Liverpool
Cumple su quinta temporada en Anfield y acaba contrato el año próximo. El club no le ha ofrecido aún la renovación y la propia Prensa inglesa presiona para que lo haga. Ofertas no le faltan, ni le faltarán. Su prioridad es continuar. Cree que es la hora de recoger el fruto del trabajo hecho.
Mas allá de derrotas puntuales como la del sábado, o rachas positivas como la que lleva el equipo en este brillante comienzo de temporada, lo que nadie discute en Liverpool es que Rafa Benítez (Madrid, 48 años) ya forma parte de la historia de este club fundado en 1892 y que tiene cinco Copas de Europa, tres Copas de la UEFA, 18 Ligas y siete Copas en sus vitrinas. Comenzó a hacerlo en su primer año, al conquistar la Champions de Estambul (2005) veinte años después de la ya casi olvidada cuarta Copa de Europa, y no ha dejado de integrarse ni un solo día desde entonces. En estos cuatro años largos, Rafa Benítez ha revolucionado el Liverpool. Es lo que aquí se llama la Rafalution. Una revolución que alcanza a todos los niveles y conceptos que tienen que ver con un equipo de fútbol. Desde la renovación de la plantilla a Melwood, la Ciudad Deportiva. Desde los viajes a la alimentación. Desde los métodos de trabajo a los costumbres más tradicionales...
Estadísticas.
Además, le avalan los números. Y ya se sabe que en el Reino Unido, en el fútbol, la estadística es cuidada y valorada. Para un club que en toda su historia sólo ha tenido 17 entrenadores, la figura del técnico es mirada con lupa. Sobre todo a raíz del paso por el club del legendario Bill Shankly (1959-74) y sus sucesores, todos ayudantes suyos en el mítico Boot room de Anfield.
Y arrancando de Shankly, la comparativa de partidos jugados y ganados, empatados y perdidos coloca a Benítez por delante de Fagan, Moran, Souness, Evans y Houlier, empatado con Paisley y sólo por debajo de Dalglish, que tiene casi un 61 por ciento de victorias por el 57 del español, aunque hay que tener en cuenta que entonces (85-91) el Liverpool no jugaba competiciones continentales por estar sancionado por la UEFA después de la tragedia de Heysel (1986).
Estos números son los que precisamente han provocado que sea la propia Prensa inglesa la que recuerde al Liverpool que su contrato acaba el 30 de junio de 2010 y al madrileño no le faltan precisamente ofertas, tanto de la Premier, como de Italia (Juventus), Alemania (Bayern), por no recordar que el Real Madrid estuvo reunido con él antes de fichar a Schuster. Ahora mismo es el cuarto técnico en antigüedad de la Premier después de Ferguson (Manchester United), Wenger (Arsenal) y Moyes (Everton).
Método.
Con el aval de ganar la Champions en su primera temporada, Benítez ha impuesto su metodología en el Liverpool. De aquel su primer curso (2004-05) sólo quedan cuatro jugadores: Carragher, Gerrard, Hyppia, que ya estaban en el club, y Xabi Alonso que llegó con él. También ha reestructurado todo su equipo directo de trabajo. Llegó acompañado de Paco Ayestarán, su mano derecha desde hacía más de diez años, José Manuel Ochotorena, con el que había trabajado en el Valencia, y Paco Herrera, al que conocía de su etapa en el Extremadura y se sumó Miller, un técnico que estaba en el club.
Ya no queda ninguno. Todos se fueron marchando con buenas ofertas de trabajo, aunque la salida de Ayestarán fue la más traumática por el importante papel que desempeñaba. Ahora a su lado están Sammy Lee, un histórico de los red y ex de Osasuna, y Pellegrino, ex del Valencia, además de Paco de Miguel, como responsable de la parcela física, y Eduardo Macía, como jefe de ojeadores.
Benítez baja todos los días al campo. No es un mánager puramente a la inglesa. Como él dice "tengo más de entrenador español que de mánager inglés". No es como Ferguson que se puede ir a las carreras de caballos la víspera de un partido de la Premier. Él controla toda la parcela táctica del equipo y antes o después cumple con sus funciones puramente de mánager. Su dedicación al club es absoluta. Jornadas de trabajo de 10-12 horas. De ocho de la mañana a las seis de la tarde. Nada se decide sin pasar por sus manos, aunque la última palabra en asuntos de fichajes la tiene Richard Parry, máximo ejecutivo del club, con el que tiene sus más y sus menos por cuestiones económicas que provocan que al club se le escapen jugadores importantes.
Su "cocina" está en Melwood, la ciudad deportiva, que ha convertido en su centro de operaciones. "Es un recinto para trabajar, no para enseñarlo a las visitas", dice Benítez mientras muestra orgulloso su obra. Con su llegada los cambios son evidentes. Puramente futbolísticos y de convivencia. Desde su despacho contempla los tres grandes campos de trabajo y a iniciativa suya se ha cerrado un cuarto campo para proteger a los jugadores del mal tiempo habitual en esta zona del país. En estos cuatro años ha remodelado los vestuarios, -los jugadores no pueden entrar en él con las botas-, ha montado un gimnasio del siglo XXI y una sala de vídeos en la que se puede pedir cualquier partido de una docena de Ligas de todo el mundo. Por las paredes cuelgan fotos y cuadros que rememoran la historia del club y contienen mensajes que recuerdan los valores que siempre le han caracterizado: solidaridad, esfuerzo, constancia, ambición... "Nuestra tradición es ganar, no hacer amigos y para eso estamos aquí".
Su última aportación a Melwood es una pequeña residencia de 12 habitaciones. Espacios reducidos con dos camas más propias para niños que para profesionales, pero que permiten al equipo descansar antes de los partidos de Anfield ya que nunca se concentran en la víspera, salvo en caso de viaje.