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Liga BBVA | Almería 1 - Real Madrid 1

El Madrid se atasca

Raúl adelantó al Real Madrid, que se desconectó en el segundo tiempo y permitió la reacción del Almería, que empató gracias a Piatti.

El Madrid se atasca
AP

El Real Madrid tiene algunos problemas que se empeña en repetir y para los que parece que no encuentra solución. Tiene una enorme facilidad para desconectar y evadirse de partidos que tenía en la mano, como éste de Almería, y en la banda derecha hay un agujero que no sabe cerrar. Si los futbolistas no son capaces de encontrar remedio a esas deficiencias es el entrenador el que debe reaccionar y buscar soluciones. Si no es capaz de hacerlo, los problemas, lejos de desaparecer, se multiplicarán.

Lo tuvo todo de cara el Madrid para ganar en Almería, pero cuando se vio con el marcador a favor se acomodó, perdió la concentración, se olvidó de sus obligaciones y permitió que el rival se creciera hasta llegar a agobiarle en la segunda parte. El Almería dominó con claridad tras pasar por los vestuarios, le quitó la pelota al Madrid y puso en serios aprietos a Casillas y a su defensa, que volvió a mostrar muchas dudas. En especial cuando Pepe, lesionado, dejó su puesto a un inseguro y nervioso Metzelder, al que se le reclamó un penalti por una mano que pareció involuntaria.

El gran gol de Raúl no fue suficiente para imponerse a un animoso Almería en un partido enredado, que el Madrid quiso ganar por oficio y pegada, sus principales señas de identidad. La excelencia no es más que una utopía, así que este equipo sólo persigue sumar puntos, sin ningún envoltorio que alegre la vista a sus aficionados. Su objetivo es el título y para llegar a él ofrece trabajo y sacrificio, cualidades que en cualquier caso se le presuponen a todo profesional. Otra cosa es la elegancia en el juego. Eso se tiene o no se tiene.

En el Madrid no abundan los futbolistas capaces de elevar el fútbol a categoría de arte. Uno de ellos es Guti, el más dotado para esos menesteres y que comenzó el partido como suplente. Los otros son Gago y Sneijder, que no tuvieron su encuentro más brillante en Almería. Al argentino se le vio más entregado en tareas de contención y es que cuando debe compartir espacio con Diarra no se le ve cómodo. Gago está más a gusto y rinde a mayor nivel cuando actúa solo, sin el malí cerca de él. No cambió Bernd Schuster de sistema, pero sí de hombres, lo que en ocasiones revoluciona más que las modificaciones tácticas.

Sneijder lo intentó y estuvo bullicioso, pero le costó convertirse en ese intermediario entre la defensa y el ataque. Lo consiguió en pocas ocasiones. Le pudo ayudar Robben, pero el egoísmo del holandés empieza a ser un problema y a desesperar a sus compañeros. Tiene cualidades para ser un futbolista desequilibrante, pero últimamente a quien más desequilibra es a sus compañeros. Es rápido, técnico, tiene desborde y es capaz de llegar a la línea de fondo y de abrir el campo. El sueño de cualquier entrenador en una época en la que los extremos son una especie en peligro de extinción. Pero darle una pelota a Robben es como tirarla a un pozo. Lo normal es que no la vuelvas a ver. Y por ahí pierde el Madrid demasiadas ocasiones de gol.

Ese egoísmo contrasta con la generosidad de Higuaín y Raúl, los creadores del buen gol del Real Madrid. Se acercaba el choque al descanso, Higuaín recibió el balón en la banda izquierda, miró quién había en el área y puso un buen balón que cabeceó en plancha Raúl. Un gran gol que permitió al Real Madrid compartir el liderato de la Liga con el Barcelona hasta que a falta de diez minutos surgió Piatti para equilibrar el resultado.

Fue la consecuencia lógica al dominio del Almería en la segunda parte y a un grave error defensivo del Madrid. Sergio Ramos se olvidó de defender su zona y Crusat aprovechó el enorme vacío para recibir el balón y enviarlo al área, donde apareció el argentino Piatti para marcar. Un error repetido en la defensa del Madrid y una virtud que Crusat ya sabía explotar la temporada pasada.

No parece este Almería tan consistente y brillante como el del curso anterior, pero el orden, una disposición lógica de sus jugadores, la concentración y la confianza en sus posibilidades le alcanzaron para frenar al Madrid. Merece especial mención la actuación de Bruno, un lateral derecho nada mediático, pero brillantísimo, que conoce el oficio, sus virtudes y sus limitaciones, algo fundamental en el fútbol y en la vida.