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Liga BBVA | Málaga

Los últimos héroes del Pizjuán

Rugen los Biris. "Vamos, vamos mi Sevilla". Y se cae el Pizjuán, otra bombonera, la de Nervión, donde es un gusto jugar al fútbol. Pero en Sevilla, al Málaga también le lleva el aire a favor. Escucha a su afición y le cambian los biorritmos. Lo saben bien Dely Valdés, Salva y Javi Calleja. Ellos han tenido la suerte de marcar y, además ganar en el campo del eterno rival. AS los reunió ayer para que recordasen que un día hicieron feliz al malaguismo.

Viejos recuerdos en Málaga

Estos jugadores no son tres más para el malaguismo. Dely Valdés, Salva y Calleja conquistaron sus corazones un día. Porque para el malaguismo, es así, ganar en el Pizjuán es una cuestión de honor, una victoria que no vale tres puntos, entra en el alma, queda en la memoria. Dely es hoy segundo entrenador del Málaga, pero aquella tarde de domingo de 2002 fue héroe. 0-2: "Recuerdo que fuimos a celebrar uno de los goles a una esquina con la gente. Sin duda, fue inolvidable. Esas tardes quedan en la memoria de todos. No por mí, fue una gran tarde de todo el Málaga. Para la gente ganar en Sevilla significa algo más. No paran de decirte durante la semana: hay que ganar como sea. Sabemos que lo sienten así".

Lo de Salva fue más difícil. Criado en la cantera del Sevilla, y con unos lazos de afinidad fortísimos, marcar en el Pizjuán, en el fondo de los Biris, no debe ser fácil. Pero primero, el Málaga. Salva, marco de 2004, ganó el partido con un penalti transformado a poco más de diez minutos para el final. Sangre fría, recuerdos fuera. La pena es que el domingo no estará, pero ayer aceptó con cortesía la propuesta de reportaje de AS, a pesar de que sus problemas físicos no remiten. Volverá.

Pero, posiblemente, el héroe que marcó el gol con más valor en Nervión, por más que fuese al Sevilla Atlético, se llama Javi Calleja. Apegado al Málaga como pocos por circunstancias de la vida, se lanzó al fondo sur del Pizjuán, el que pega a la avenida de Eduardo Dato, para celebrar con su gente un gol precioso. Él se quita méritos: "No es lo mismo que Salva y Dely, porque yo se lo marqué al filial. Pero sí fue importante y además uno de los goles más bonitos que he marcado en mi carrera. En la calle percibo que hay muchas ganas de ganar al Sevilla".

La pregunta es: ¿se puede repetir? Y la respuesta es contundente. "Es muy difícil que yo vuelva a marcar, pero estoy convencido de que vamos a traernos la victoria", dice Calleja. Y Dely remata: "Este es otro Sevilla, más grande que el de 2002. Pero si había algún momento en el que ir a Sevilla, por estado de forma, moral y confianza, es éste". Malaguistas, los héroes os llaman.

Baiano, otro verdugo sevillista que ahora juega en la Liga qatarí Otro futbolista que también se ganó un hueco en el corazón de la afición del Málaga después de una exhibición en el Sánchez Pizjuán fue Baiano. Sólo disputó un derbi. Pero su huella quedó patente. Fue bajo las órdenes de Antonio Tapia, en aquella segunda vuelta de ensueño (36 puntos de 60). Baiano llegó en enero para marcar nueve goles en 18 partidos y convertirse en el gran artífice de la permanencia blanquiazul. Aquella tarde, con el Sevilla aspirando a la Champions, Baiano formó una sociedad letal con Duda. Ambos desarbolaron a los hispalenses y brindaron un triunfo inolvidable a la afición. Después de un mal año en Murcia, el brasileño ha aterrizado en la Liga qatarí. Su socio aquella noche, Duda, es blanquiazul pero no podrá jugar por contrato. El luso declinó la posibilidad de aparecer en las fotos que ilustran este reportaje para evitar suspicacias con el club que aún tiene sus derechos y que asume parte de su ficha.