NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

champions league | basilea 0 - barcelona 5

Feliz paseo en el regreso a Saint Jakob

En un estadio que forma parte de la historia del Barcelona, los de Guardiola se dieron un festín a costa de un Basilea tan inoperante como inocente, un equipo con un nivel indigno de una competición como la Champions League. Messi marcó en el minuto 3 y el partido terminó antes siquiera de empezar, convertido en un rondo constante de un Barcelona que, a pesar de jugar completamente relajado, pudo lograr una goleada mucho más escandalosa. Bojan, por fin titular, se reivindicó con dos goles y el triunfo deja al Barcelona con el pase a octavos absolutamente encarrilado.

<strong>PASEO TRIUNFAL.</strong> El Barcelona no encontró rival en el cándido Basilea.
PASEO TRIUNFAL. El Barcelona no encontró rival en el cándido Basilea.Reuters

El grupo C de la Champions League tenía truco: parecía cómodo para el Barcelona y está resultando todavía más fácil de lo previsto para los de Pep Guardiola, que golearon al Basilea (0-5) y suman nueve puntos sobre nueve posibles. En paralelo, Shakhtar y Sporting de Lisboa dirimen un doble duelo en el que uno, o los dos, perderá puntos. Así que el Barcelona tiene ahora seis puntos sobre el tercero, Shakhtar, con nueve en juego, seis de ellos en el Camp Nou. Y los tres primeros ante este paupérrimo Basilea. Resulta un ejercicio de imaginación prodigiosa imaginar una combinación que no termine con el Barcelona en el bombo de octavos.

Así es esta masificada Champions League en la que, a nada que se encuentren con un bombo un tanto colaboracionista, los equipos grandes no empiezan a competir de verdad hasta febrero. Al menos, al Barcelona el calendario le tenía reservado una cita con su propia historia: el regreso a Saint Jakob Park (remozado totalmente para la Eurocopa), enclave mítico de la historia culé donde hace casi 30 años llegó la primera Recopa, el primer gran éxito internacional para un Barça que movilizó en aquella ocasión a 30.000 aficionados. Aquello fue ante el Fortuna Dusseldorf en una noche épica. Hoy, el Barcelona, con un lustroso bagaje europeo a sus espaldas, se medía al Basilea, club amigo qeu juega de azulgrana, cuyas siglas son FCB y cuyo capitán fue, un día, Joan Gamper.

El Basilea pone la alfombra roja al Barcelona

Y, como club amigo, el Basilea no hizo nada para evitar que el partido fuera un plácido homenaje a los Migueli, Neeskens, Asensi, Rexach o Carrasco... un recuerdo al triunfo del 79 y un canto a una filosofía que, claro, Guardiola entiende como nadie. Por eso los cinco goles llevaron el sello de La Masía: Messi, Busquets, Bojan (2) y Xavi, y por eso el Barça se recreó en un ejercicio de toque de balón que pudo acabar, y no hay exageración en la afirmación, en la goleada más escandalosa de la historia de la Champions. Fueron cinco. Pudieron ser al menos el doble en una sucesión de ocasiones, sobre todo en la primera parte, que incluyó un penalti a favor no señalado, algunos disparos lejanos que lamieron los palos, jugadas de tiralíneas con disparos a bocajarro que se estrellaban en Costanzo e incluso alguna frivolidad a la que sin duda invitaba la noche, como una vaselina de un Bojan que buscaba un hat-trick con broche de oro.

Se suele afirmar que estos partidos duran lo que tarda la lata en abrirse. En este caso la lata se abrió en el minuto 3 y el partido terminó sin haber comenzado. Los suizos apretaron durante dos minutos y se retrataron en la primera jugada en la que Messi entró en juego por la zona central. El argentino combinó con Bojan y el balón terminó en los pies de Alves que puso un centro medido que Messi envió con elegancia a la red. Fue el final de la historia para el Basilea, que a partir de entonces se convirtió en un perfecto anfitrión que apenas molestó las incursiones de un Barcelona en el que Guardiola dio decanso a Henry, Etoo e Iniesta y jugó con Hleb por la izquierda, Messi de media punta, Alves casi como extremo derecho y Bojan, por fin titular, como referencia ofensiva.

Hasta el minuto 35, el Barcelona mantuvo cierta tensión competitiva y pasó como un huracán sobre un impávido Basilea que no veía el balón y que jugaba con una defensa de papel, incapaz siquiera de molestar. Busquets, en su estreno en Champions, marcó el segundo tras un pase de tiralíneas de Xavi (marca registrada). Era el minuto 15 y en los siguientes 20 el Barcelona marcó otro gol con un buen disparo de Bojan y pudo hacer al menos otros cuatro. Alves y Messi disfrutaban, Hleb iba entrando en juego, Bojan quería todos los remates y Xavi campaba por el campo sin marcaje cercano alguno, con todo lo que eso implica y que todo el mundo, excepto Gross, técnico del Basilea, sabe ya a estas alturas.

Dos goles en dos minutos

Como si Guardiola hubiera pedido un pequeño esfuerzo más, el Barcelona salió del descanso de nuevo enchufado y el Basilea lo pagó con dos goles en apenas dos minutos. Primero Bojan recibió el balón cerca de la medular y avanzó hacia el gol ante unos centrales rivales que más que marcarle le escoltaron. Después Xavi remachó en la frontal una buena jugada de Hleb y Messi. Entonces el Barcelona definitivamente descansó y concedió unos minutos de amnistía al Basilea en los que hubo alguna ocasión más, sobre todo tras la entrada de Henry, que pudo marcar en el descuento. Tuvieron minutos Víctor Sánchez y Cáceres, el Barcelona tocó más pausado, como cansado de jugar sin rival, y hasta el Basilea pudo marcar el gol del honor casi al final, entre aplausos de Roger Federer, que asistía en la grada a la demostración de exhultante superioridad del Barcelona.

En definitiva, el Barça cumplió el trámite con brillo en una jornada feliz y absolutamente plácida que no tuvo nada que ver con, por ejemplo, la noche de escaramuzas y fuego de trincheras que le preparó el Shakhtar en la anterior jornada. No digamos ya con las batallas europeas que seguramente están por venir. Además, el Barcelona se quedó sin encajar ningún gol por segundo partido consecutivo, algo que esta vez no es especialmente meritorio. Sí lo es haber enlazado ocho triunfos seguidos entre Liga y Champions y haber convencido ya a casi todo el mundo de que este proyecto de Pep Guardiola apunta alto.