Llorente acaba con la rebelión vikinga

Champions | Villarreal 6 - Aalborg 3

Llorente acaba con la rebelión vikinga

Llorente acaba con la rebelión vikinga

AP

El Villarreal salió al campo sin la tensión necesaria y se vio sorprendido por el conjunto danés. Llorente, que entró en la segunda mitad, anotó un hat-trick. El 'submarino' pone un pie en la siguiente ronda.

Todo apuntaba a que el encuentro sería coser y cantar para los castellonenses. El Aalborg, campeón danés venido a menos, es penúltimo en su liga, donde perdió en casa su último encuentro y la directiva escandinava ha anunciado ya un cambio de entrenador en enero. Pero toda esta espiral en la que se encuentra sumido el conjunto danés era lo que le hacía más peligroso. Los jugadores nórdicos, semidesconocidos cuyo mayor logro hasta la fecha era un empate en Glasgow que supuso el primer punto fuera de casa en la historia del equipo, salieron al césped del Madrigal con el espíritu kamikaze de aquel que no tiene nada que perder.

El conjunto visitante había dado ya dos serios avisos antes de que se cumpliera el cuarto de hora. El Aalborg estaba sorprendiendo, no sólo por su osadía, sino por el juego que estaba desplegando. Buen toque, dando velocidad a la pelota y utilizando a la perfección los muchos espacios que dejaba el Villarreal atrás. Claro que esto ocurría ante la permisividad local. Los hombre de Pellegrini habían salido al campo tan relajados que parecían pedir un sofá para disfrutar del espectáculo. A pesar de las advertencias, nadie quería pensar que podía ocurrir lo peor. Pero ocurrió. En el minuto 18, Saganowski adelantó al Aalborg en posición de fuera de juego y con un Diego López inusualmente desacertado.

El gol, siendo positivos, podía venir bien al Villarreal para salir de su letargo. Necesitaban un shock, algo tan inesperado que hiciera volver a las mentes al lugar donde ya estaban los cuerpos. Así fue, aunque con muchas dificultades. El Aalborg estaba dispuesto a que el Villarreal se hundiera con ellos, y para eso sabían que no quedaba otra que encerrarse atrás para aguantar el resultado. Tras despertar a la bestia, sería absurdo lanzarse a por el segundo. La maraña danesa permaneció perfectamente ordenada en su mitad de campo, pero la presión no era excesiva, más bien contemplaban como el rival no lograba encontrar ni un hueco. No ayudaba que Mati, Cazorla y compañía jugaran al trote, casi andando. Atacaban por inercia, sin alma.

El tanto del empate aún así terminó por llegar. En el minuto 28, una buena combinación entre Ángel y Mati por la derecha terminó con la asistencia del canario a Rossi, que se estrena en Champions después de que el balón lo desviara un defensa. La primera en la frente, lo mejor que se podía sacar hasta el momento del partido del Villarreal. Cinco minutos después, y con los daneses lamentándose de lo poco que había durado la alegría, Capdevila, que estaba realizando hasta el momento su peor encuentro de la temporada, cazó un balón rechazado en la frontal del área y mandó el balón a la escuadra contraria del marco protegido por Zaza. El marroquí no tuvo nada que hacer.

Al fin, y aunque de una forma que se alejaba bastante de lo esperado, la situación parecía enderezarse. Tras la celebración, los aficionados se sentaron y exalaron un profundo suspiro. "Anda que llegar hasta aquí para que unos daneses nos amarguen la vida", pensarían. Lo que no se imaginaban es que aún quedaba mucho sufrimiento, pero no tardaron en enterarse. Sólo tres minutos después de adelantarse, Saganowski, el mejor del Aalborg de lejos, asistió a Enevoldsen para que éste definiera brillantemente picando el balón sobre Diego López.

Un gran Llorente

Tras la segunda mitad, el Villarreal salió al campo más metido en el encuentro. No es para menos. La bronca de Pellegrini debió ser monumental. El chileno dejó en el banquillo al 'Guille' para dar entrada a Llorente. Aún así, la actitud seguía sin ser la adecuada para un partido de Champions, fuera quien fuera el rival. El equipo gozó de un par de oportunidades, sobre todo una del ariete vasco que Jakobsen desvió sobre la misma línea, pero era evidente que la cosa no funcionaba. El ataque era previsible hasta la desesperación ante una defensa que no era especialmente expeditiva. Y para colmo el Aalborg también tenía sus opciones.

El juego estaba totalmente estancado y de nuevo Pellegrini movió el banquillo. Bruno y Pires sustituyeron a un flojo Edmilson y a Matías Fernández. El juego iba mejorando poco a poco, sobre todo porque con Llorente la cosa era otra. Aún así, las ocasiones no llegaban y el gol no se intuía. Hasta que apareció Senna. El salvador ante el Celtic se sacó un zapatazo de los suyos que Zaza rechazó defectuosamente, al centro de su área, donde nunca se debe, y allí estaba, como no, Llorente. Un error así ante un delantero nato se paga.

El tercer tanto de nuevo sirvió de alivio a una grada que no se había preparado para tanto sufrimiento. El equipo, prevenido al fin del peligro de los daneses, no se confió y no permitió más esporádicos acercamientos al marco de Diego López. Con la necesaria confianza en la zaga propia, los hombres ofensivos del Villarreal comenzaron a parecerse a si mismos, mejor tarde que nunca, y así llegó el cuarto, de nuevo de Llorente, a placer tras una buena jugada de Pires.

Ahora sí. El encuentro era para analizar, había muchos errores que corregir y el mal rato no lo iba a borrar nadie, pero el resultado era ya claro. Todo parecía encarrilado. Pues nada de eso. En una jugada a balón parado, un corner para ser exactos, Andreas Johansson hacía el tercero. Otra vez el miedo volvía a las gradas del Madrigal. Desde luego si algo ha demostrado el encuentro de hoy es que hay que estar preparado para todo. El susto de nuevo duró poco. Los dos minutos que Pires tardó en volver a aumentar la ventaja tras rematar de cabeza un rechace dentro del área.

Cinco minutos después, el tercer tanto de Llorente maquillaba el marcador. Es cierto que la victoria no se vio peligrar realmente casi nunca, ya que el Aalborg sólo fue por delante cuando el partido apenas había echado a andar, pero el hecho de haber encajado tres goles en casa ante un rival tan flojo es para hacérselo mirar. En cualquier caso el Villarreal ha aprendido hoy una valiosa lección acerca de minusvalorar a un rival, y mejor ahora que no en las eliminatorias. Y lo más importante de todo, los tres puntos que con la victoria del United ponen al Villarreal con pie y medio en octavos.