Alcaraz toma el mando con rumbo a la salvación

Apenas han pasado diez días desde la destitución de Manolo Zambrano como técnico del Recre y la posterior llegada de Lucas Alcaraz. Poco tiempo para algunos, aunque al granadino le ha servido para darse cuenta de que la vida en Huelva se asemeja mucho a la que él dejó hace sólo unos años. Una ciudad ilusionada con el Recre y dispuesta a luchar hasta el final por lograr su objetivo: la salvación.

Pero desde el minuto uno Alcaraz sabe que ese logro no se alcanzará con facilidad. Todo lo contrario: "Áquí se vive el fútbol muy intensamente, aunque la situación es distinta a mi anterior etapa. El equipo estaba en Segunda y ascendió hasta Primera y ahora lleva ya varios años en la elite. De todas formas, el equipo tendrá que pelear hasta el final para salvarse. Hay que tener claro que sólo los que luchan por Europa no pasan apuros".

En el club albiazul también se nota el paso de los años, pero para bien. Hay caras conocidas y otras que ya no están. Aunque la mayor novedad está en el día a día, en los entrenamientos: "Se nota que el Recre ha crecido como entidad. Hay una Ciudad Deportiva y mejores infraestructuras. La directiva es casi la misma y sólo faltan el difunto Pepe Rivera y Peguero, que se fue al Cádiz. Nunca he perdido el contacto con el club ni con Huelva, porque además del fútbol tengo muy buenos amigos".

El desembarco de Alcaraz en el Nuevo Colombino ha dejado también un cierto grado de incertidumbre sobre una parte de la afición. Muchos no comparten su filosofía de juego y se esperan un fútbol tosco y aburrido hasta el final de Liga: "Hace tiempo que dejé de luchar contra los estereotipos. Son formas de jugar diferentes y depende también de los plantillas que uno tenga a su disposición. Una cosa es el juego directo y otra bien distinta el juego de contragolpe".

A pesar de su gran trabajo en Huelva, la sombra de Marcelino es aún alargada. Le pesó a Víctor Muñoz y ahora Alcaraz no quiere comparaciones. ¿Quién es el mejor técnico en la historia del Recre?: "Yo no soy quién para decirlo. No me preocupa lo que piense la gente, cada uno lo puede valorar de una manera u otra. A Marcelino le tengo un gran respeto y me parece un magnífico entrenador. Pero en el Recre también han influido otros como Caparrós o Eusebio Ríos. Con todos se logró que este club fuera más grande".

El granadino está muy contento con el trabajo y la actitud de sus jugadores. El parón liguero le ha venido muy bien para preparar su debut de mañana ante el Valladolid: "Desde el primer día se han puesto manos a la obra para asimilar los conceptos. Es normal que estén un poco 'preocupados' por la situación en la tabla, pero sin esfuerzo y trabajo todos sabemos que no se saldrá del descenso. Yo no vengo aquí para ser el salvador. A mí nadie me tiene que exigir, soy yo el que más me exijo y los jugadores deberían cumplir con la misma tarea. Sólo con la exigencia que un técnico les pide a los jugadores no se logran los objetivos".

Y como es fútbol, todo puede cambiar de un domingo a otro: "El cambio de crisis a normalidad en un equipo se deja ver más en los medios de comunicación que en el propio vestuario. Este partido no será determinante para el futuro, aunque puede ayudar a salir del descenso y ese es ya un gran paso. Daría más confianza y nos permitiría entrenar con más comodidad".

Tras un paseo por el Muelle de las Carabelas, Alcaraz descartó la posibilidad de contratar un mediocentro ofensivo y analizó también la situación de Nayar: "No hay posibilidades, ni económicas, ni de mercado ni federativas. En cuanto a Nayar, es un poco extraño todo lo que ha pasado y más en un fútbol tan profesionalizado". Alcaraz ya ha tomado el mando... con rumbo a la salvación.