El Xerez sumó un punto ante una Real sin ritmo

Soplaba, como se dice en San Sebastián, el viento del sur por Anoeta, ese tipo de viento que dicen que altera a la gente. Precisamente, una reacción, una alteración, era lo que ayer se esperaba de la Real Sociedad. La eliminación el miércoles de la Copa del Rey ante el Celta (2-0) y la última derrota liguera ante el Sevilla Atlético han dejado inquietud en el conjunto de Lillo, que se ha propuesto este año empezar con mejor pie que el anterior.

El Xerez llegó a Anoeta como cuarto clasificado y creyendo en sus posibilidades tras ganar al Levante (2-0) y plantar cara al Rayo en su campo (3-3). Los primeros minutos fueron esperanzadores para los donostiarras. La Real tuvo dos claras ocasiones. Díaz de Cerio, más lejos del área de lo habitual, remató con peligro en el minuto 7, mientras que un remate de cabeza de Estrada en el 14' le obligó a Chema a intervenir. La Real debió aprovechar porque luego estuvo lenta, sin ritmo, y apenas volvió a generar peligro en toda la primera parte.

El Xerez, aunque al principio no creó apenas ocasiones, jugó más ordenado y con las líneas muy juntas. En el minuto 40, Viqueira avisó de que en cualquier momento el conjunto de Esteban Vigo le podía buscar un lío a la Real. Zubikarai, que sustituía al chileno Bravo, salvó la situación.

La gran ocasión.

En la segunda parte, Lillo sustituyó a Estrada, que no tuvo su día, por el turco Necati. Precisamente él protagonizó la jugada más clara de los donostiarras, sólo ante Chema en el 71'. Un minuto antes, Chema había desbaratado dos remates, de Marcos y de Carlos Martínez. Fue el momento de los de Lillo. El Xerez hizo temblar a la Real en los últimos minutos. Lo intentó Bergantiños en el 87' y en el 93' Antoñito estuvo a punto de amargar a los donostiarras. El viento del sur alteró a la Real. No para bien.