Piti rompe su racha negativa en el mejor momento y da el pase al Rayo

El Rayo consiguió el pase a la siguiente fase de la Copa del Rey tras vencer en casa al Albacete (2-1) en un encuentro con mucho respeto entre ambos equipos y en el que sólo al comienzo del segundo tiempo, con algo más de alegría en el juego, llegaron los goles y la remontada local, con un tanto de Piti que rompió su sequía goleadora.

El Rayo saltó al césped como suele, con ganas de balón y buscando la portería contraria desde el inicio, pero el Albacete tenía una maraña en la medular que iba a costar traspasar, y cuando lo hacía los apoyos en defensa dejaban la zaga con una línea de cinco.

Los locales se liaron y sólo internadas de Rubén Reyes desde la banda izquierda y algún tiro lejano de Perera pusieron peligro. Por contra, el Albacete tenía buena circulación de balón con el solitario Belencoso como destino, al que acompañaban Merino y Alex Pérez siempre revoloteando por detrás. Pero el descanso llegaría con la igualada inicial.

Solo en la segunda parte ambos equipos estiraron algo su figura, con los huecos que eso deja. Mel buscó sorprender desde el reinicio, con la entrada de Albiol en la derecha, con lo que el Rayo tenía dos bandas muy peligrosas que iban a romper la medular visitante.

Pero el primero en marcar fue el Alba. Con un mejor fútbol que en la primera parte iba a recibir su recompensa en forma de zurdazo de un diestro y desde muy lejos. Balón de Merino al cielo que se envenena en la bajada y Falcón no atrapa. Pero la réplica no iba a tardar. Dos minutos después, tras un saque de esquina mal despejado por la defensa, el balón lo recoge Enguix delante de la media luna del área y con Cabrero descolocado iguala el encuentro. Los desajustes en la defensa hoy verde oliva acababan de empezar.

Sólo unos minutos después otro balón fácil para el meta, se le quedó muerta delante y Piti, que hacía mucho que no olía gol, recogió el regalo y puso por delante al Rayo. Posteriormente llegaría el carrusel de cambios desde ambos banquillos, los visitantes algo tardíos. El Rayo juntó sus líneas, se echó atrás, dejó jugar y correr el tiempo, aunque aún dispondría de alguna ocasión de peligro.