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Segunda | Murcia 1 - Elche 0

Triunfo regado con bronca a Javi

Despotovic aprovechó la única ocasión grana. Al Elche sólo le faltó el gol y mereció hasta ganar. Samper escuchó un estruendoso: "¡Clemente vete ya!"

<b>VIAJE EN VANO. </b>El Elche gozó de las mejores ocasiones pero el gol de Despotovic hizo que se fueran de vacío de Nueva Condomina.
VIAJE EN VANO. El Elche gozó de las mejores ocasiones pero el gol de Despotovic hizo que se fueran de vacío de Nueva Condomina.

El Mundo al revés: el JaviMurcia logró (a la sexta) su primer triunfo de la temporada y su gente le despidió con bronca monumental y con un desgarrador y rotundo, "¡Clemente vete ya!". El Elche, por su parte, cayó, es colista, se hunde un poco más en el fondo de la tabla y en cambio su afición desplazada a NC despidió al equipo franjiverde entre aplausos. Vamos, que lejos de cualquier lógica (por futbolera que sea) el técnico que ganó sale debilitado y el perdedor, Vidal, hasta reforzado. Su equipo, aún jugando más de una hora en inferioridad tras la justa expulsión de Wakaso, le dio un baile en toda regla a un Murcia a la deriva que hoy debería peregrinar rumbo a la Fuensanta para dar gracias a la patrona por la ayuda celestial (de otra forma no se puede entender lo ocurrido) que les permite sumar por primera vez de tres en tres, que les permitió salir indemnes de una tarde que, a poco que hubieran acertado los atacantes ilicitanos, pudo acabar en goleada a favor de los visitantes.

Y eso, dato que agrava aún más el penoso presente y el incierto futuro del Murcia de Clemente, que todo se le puso a los locales de cara. A diferencia de otras citas, el 1-0 no tardó en llegar. Despotovic, en la única oportunidad y casi llegada de los grana en todo el partido, remachó (al filo de la posición correcta) un remate al travesaño de Capdevila tras asistencia de Quique De Lucas. De largo, y casi en solitario, el mejor de los locales. La grada se las prometía felices y más tras ver como casi de seguido, Wakaso se autoexpulsaba tras llegar tarde a una pelota dividida... pero ni por esas. Lo que cualquier equipo hubiese aprovechado para ventilar el partido por la vía rápida, el Murcia de Clemente, evidenciando una falta de trabajo grupal tremenda, no. El balón empezó a quemar en las botas de los futbolistas del Murcia, con mención especial para un Xisco Campos que presa de los nervios no dudó en pasar una y mil veces a su portero, casi desde el centro del campo. Y claro, la grada se empezó a impacientar y a darse cuenta de que el enfermo grana sigue con muy mala pinta. Mientras, el caos y la mieditis se hacían agudas en el Murcia, el Elche empezó a buscar el marco de Lillo y hasta en cuatro oportunidades, casi siempre a balón parado (señal de lo poco trabajado que está el JaviMurcia) rozó el gol. Lo tuvo Rubén Pérez en un par de oportunidades, hasta Acciari que con Usero, que también probó fortuna con un misil, y Santos 'en jugón', empezaron a inclinar el campo a favor de los ilicitanos. Si para el Murcia tener la pelota era un castigo, casi como una penitencia de subir el Tourmalet a la pata coja, para el Elche era como llenarse de razones para ir a por la victoria. A por un triunfo que, pocas veces, se le escapará jugando como lo hizo y ante un rival menor como fue, como es para cualquier equipo, el Murcia de Clemente.

De mal a horroroso. Tras el descanso, y obligado por sendas lesiones, el vasco dio entrada a Alberto y Ochoa (quizás ahí, como en Vallecas lo fueron los recogepelotas, pueda estar para el de Baracaldo la explicación de la nula mejora del equipo... en el hecho de verse obligado a cambiar. Quizás). Su equipo fue para atrás como los cangrejos. Sólo Mejía y De Lucas querían la pelota. Los demás la huían como alma que lleva al diablo. Los malos pases se sucedieron, la imagen de un equipo roto se instaló en el campo y llegó a una grada, históricamente paciente, que estalló harta de ver el bochorno que le llegaba desde el pasto. Los de Vidal subieron líneas de presión, sus laterales se convirtieron en extremos, su centro del campo se comió al del Murcia y sólo la falta de puntería les impidió ganar. Sólo eso. Dani Benítez, Usero, Martín, Santos el rato que estuvo en el campo... estuvieron cerca de lograrlo, pero se quedaron a centímetros. El Elche parecía un equipo de Primera y no el colista de Segunda, el Murcia parecía lo que es: una ruina de equipo con una defensa de plastilina, un centro del campo sin fútbol, un ataque inexistente y un timonel, Clemente, desquiciado al que sólo salva la paciencia infinita de su amigo, Jesús Samper.