La última jornada de la Champions volvió a alentar el debate: ¿Messi o Agüero? ¿Son los mejores del mundo? La respuesta correcta no existe, pero la duda les legitima a ambos como lo que son: dos maravillas. Alrededor de los pequeños genios bailan sus equipos, Barça y Atleti, que aspiran pero dudan de sí mismos, que fallan pero asustan a los contrarios. El partido de hoy suena a examen serio para ambos, aunque más para los locales, que no tienen la excusa de las bajas que sí podría esgrimir Aguirre.
Al Barça de Guardiola le respaldan los resultados (cinco victorias seguidas) y el vendaval de ocasiones que genera. Pero le ponen en cuarentena la facilidad con la que encaja goles, los errores arbitrales que han enturbiado sus triunfos ante Betis, Espanyol y Shakthar y, por encima de todo, su falta de puntería. Con Etoo seco, Henry desaparecido en combate y Bojan en el calabozo de Pep, Messi se ha tenido que multiplicar en el papel de salvador milagroso. Pero no siempre se puede ganar en el minuto 93.
Al menos, eso espera el Atleti, que debe sobreponerse a las ausencias para no quedarse ligeramente cortado en la tabla. Sin Forlán ni Simao, el vodevil Maniche es muy grave. El martes, los médicos dijeron que no estaba para jugar ante el OM, pero el miércoles cambiaron de idea y salió 23 prescindibles minutos; recayó y hoy no estará. Un absurdo.
Sin el portugués, el Atleti tendrá pocas opciones de discutirle la posesión al Barça de Iniesta y Xavi, seguramente el mejor centrocampista del planeta. Su plan será similar al que le llevó a ganar dos veces seguidas en el Camp Nou con Torres en plan superestrella: esperar ordenadito atrás y salir rápido para aprovechar la velocidad de Kun y Sinama y los espacios que dejan los laterales, a cuyas espaldas suelen abrirse dos vías preferentes hacia la portería del atribulado Valdés.
Porque el Barça se desangra en defensa. Guardiola ha probado todas las combinaciones de centrales con Puyol, Márquez, Cáceres y Piqué. Ninguno ha salido indemne. No ayudan el despiste de Alves, que cada vez que sigue su naturaleza y se desmelena al ataque se choca primero con Xavi y, si le esquiva, con Messi, ni el naufragio de Abidal, que ni ataca ni defiende ni se sabe muy bien qué diablos hace.
Ante ese panorama, el Atleti presenta una delantera perfecta. Sinama se ahoga sin espacios, pero si tiene sitio para correr es una pesadilla. Esta noche tendrá césped de sobra. Y Agüero... Bueno, en este momento lo único que puede pararle es su precario estado físico. Se vio ante el Marsella, cuando acabó desfondado. Claro, que para entonces ya hacía mucho que había decidido el partido y su mera presencia generaba pánico cual Cid después de muerto. Tan grande es.
A la contra.
Si el Atleti se aferra a la pólvora, el Barça lo hace a la pelota. En este momento no hay equipo en el mundo capaz de conseguir que Xavi no gobierne a su antojo cada partido. Luego, los de arriba marcan o no, pero que él y su socio Iniesta les van a dejar en inmejorables posiciones se da por hecho. Y si fallan, pues ya marca el propio Xavi, que lleva tres goles. Impecable. Hoy Guardiola le rodeará de músculo con Yayá y Keita, pero no se dejen despistar: el que importa es el más liviano de los tres.
Eso sí, cada vez que el aficionado atlético está a punto de echarse a temblar imaginando la acometida azulgrana, le aparecen en la mente las caras de Ujfalusi y Heitinga. De primeras, la imagen impresiona, pero en seguida es tranquilizadora. La temporada pasada, el Atleti saltó al Camp Nou con Pablo y Zé Castro. Se llevó tres, claro.
Conclusión: noche de apuestas altas. Guardiola sabe que el Atleti es el primer rival de gran nivel de su Barça. Aguirre es consciente de que perder, con el Madrid como próximo rival, haría tambalearse a su Atleti. Y ambos se encomiendan a Messi y Agüero. Lo normal. Mientras, el mundo mira y disfruta. El trono está en juego.
El Atleti, quien más gana en el C. Nou
El Atlético es, junto al Real Madrid, el equipo que más veces ha ganado en el Camp Nou: 16. De hecho, los números son buenos para los rojiblancos desde su regreso a Primera. En seis visitas, ha sumado dos triunfos, dos empates y dos derrotas.
