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Primera | Atlético de Madrid 0 - Sevilla 1

Luis Fabiano frena al Atlético

El brasileño marcó de falta el único gol del partido. Los rojiblancos dominaron sin crear peligro. Banega, el mejor de los locales. El Sevilla, muy serio, ni sufrió

<b>PRIMER AVISO. </b> Luis Fabiano se adelanta a Ujfalusi y bate a Coupet. Mejuto no dio validez al gol por fuera de juego del brasileño.
PRIMER AVISO. Luis Fabiano se adelanta a Ujfalusi y bate a Coupet. Mejuto no dio validez al gol por fuera de juego del brasileño.

El Sevilla es una roca y el Atleti aún está muy lejos de ser un martillo pilón. Cuando el partido sale alegre y abierto, ligero, los rojiblancos se mueven como pez en el agua. Pero si sale denso, plano, de golpes aislados, pocos se manejan como los de Jiménez, que ayer se llevaron los puntos del Manzanares sin hacer nada del otro mundo, pero sin sufrir. Un puro ejercicio de profesionalidad. Un destello y golpe al mentón de un rival directo. No enamoró a nadie, ni ganas que tenía.

Finalmente, Jiménez cambió el sistema para fortalecer aún más su medio campo: un sólo delantero (Luis Fabiano) y por detrás tres pesos pesados (Duscher, Romaric y Maresca). Sabia decisión. Para un Atlético sin la velocidad de Simao, la actividad de Maniche y el juego entre líneas de Forlán, el área de Palop se convirtió en Eldorado. Lo buscaba, intuía que estaba por allí, pero nunca lo pisó.

Todo lo contrario que el Sevilla, que siempre acaba sus ataques, aunque sea con un disparo de 40 metros de Maresca. Sin Kanoute, florituras las justas, pero tampoco lo necesita. Con muy poco, hace un gol. Y tardó un suspiro en demostrarlo. A los 7', una falta lateral la remató a la red Luis Fabiano, adelantándose a todos. Tanto se adelantó que se metió en fuera de juego por un brazo, pero el aviso estaba dado. Y Luis Fabiano nunca llama dos veces.

En el minuto 21, Navas, que tiene la misma facilidad para crear faltas que para desbordar rivales, provocó un choque en la frontal con Perea, que ni le miraba, y Mejuto picó. Luis Fabiano la clavó junto al palo, aunque el disparo, a media altura y no muy duro, era parable. Coupet reaccionó tarde y el duelo con Leo Franco se está desnivelando rápidamente. La barrera tampoco le ayudó demasiado, con Banega girándose antes de tiempo para ver bien como entraba la pelota.

Pero acusar de algo a Banega ayer sería injustísimo. Juanma Trueba, siempre atento a los futbolistas delicados, me dijo tras el partido que el Atleti había perdido tres puntos, pero había ganado un gran centrocampista. Y tiene toda la pinta de ser cierto. Con el marcador en contra, el chaval, que debutaba como titular en el día más complicado, se propuso liderar la remontada. Le faltaron socios, pero él estuvo intachable. Aguirre no tiene un medio con más clase en toda la plantilla. Pase largo, corto, continuidad y visión. Le falta algo de físico y conducir menos el balón, por lo demás, ni una pega.

Pero ayer no se vio ni un atisbo del demoledor ataque atlético de este arranque de Liga. El Sevilla supo ahogar a Sinama, que sin espacios es un leopardo en una jaula. Maxi no termina de arrancar. El partido de Luis García fue una galería de los horrores que desembocó en la bronca de la afición. Y Agüero, que sin Forlán baja mucho más, está pagando la lejanía de la portería y, sobre todo, su renqueante estado físico. Necesita descanso, pero con la plaga de lesiones Aguirre no puede dárselo. En la gestión de este problema reposa gran parte del éxito de este Atlético, al que se le acumulan los daños con las lesiones de Banega, Seitaridis y Pablo.

Sin reacción.

Con este panorama, el Sevilla se frotaba las manos. Ni siquiera necesitó el brillo de sus extremos, Capel y Navas. Le bastaron una defensa modélica, la escoba inmisericorde de Duscher, el saber estar de Maresca y la potencia de Romaric. Palop no tuvo que actuar hasta el 67', cuando desvió a córner una rosquita malintencionada de Miguel, otro que está opositando seriamente a la titularidad.

Es más, las dos grandes ocasiones de la segunda parte fueron visitantes. Un fantástico cabezazo al larguero de Luis Fabiano y un error garrafal de Adriano, que no pasó a Kanoute en un dos contra uno casi en el área pequeña y se dejó comer por Pernía. El Atleti sólo amagó con empatar en el caos final, cuando varios corners seguidos acabaron rebotando por el área como una bola de pinball. Fuegos de artificio. En el primer puerto de la etapa reina, pájara rojiblanca, que se queda sin comodines para este mes. El Sevilla, a lo suyo, no deslumbra, pero gana. Y da la sensación de tener mucho margen de mejora. Ojito con él.

El detalle. se celebró el día del corazón

Antes del partido, los jugadores de ambos equipos y el trío arbitral posaron juntos en el centro del campo para celebrar el día Mundial del Corazón, que trata de prevenir y concienciar contra las enfermedades cardiovasculares. Luis García, Leo Franco, Camacho y Miguel de las Cuevas ya participaron en otro acto de este tipo el pasado jueves.