Negredo sabe a gloria

Alvaro Negredo, el Animal, le dio a los suyos la gloria en el descuento de un partido de infarto. Tres expulsiones se llevó el Recre que acabó con ocho y con Zambrano maldiciendo su suerte. Se quedó a 20 segundos de la heroica, de aguantar la avalancha local y llevarse un punto que su equipo dejaba de merecer con el paso de los minutos. Y eso duele.

Pero lo cierto es que Negredo, soldado incansable, hizo justicia. Sus números asustan: cuatro goles en cinco partidos. Como depredador insaciable que es, agarró el último balón del partido con la rabia acumulada de un guerrero y soltó un latigazo que menos mal que no se llevó a nadie por delante. Porque ya faltaba gente en el campo. Jesús Vázquez y Pablo Oliveira cayeron en la segunda parte, lo de Sisi fue más grave porque se autoexpulsó con el partido acabado. Su frustración, la del Decano, es la manifestación de la impotencia que entra cuando te falta un número en el boleto de la lotería. El empate era demasiada suerte para el Recre después de suspender en el segundo tiempo toda acción de ataque y regalarle el esférico a los locales. Así es difícil.

Pintaba de otra manera el derbi entre el este y el oeste andaluz. De poder a poder. Comenzaron sueltos los onubenses, con balones cruzados a terreno de Colunga y Guerrero y con Sisi encarando a Mané. Pero los que llamaban con desesperación al gol eran los rojiblancos. Volcados a la derecha con un Nieto atrevido y eficaz, lanzaban ataques que acababan casi siempre, cómo no, en Negredo. El madrileño atrae los balones con la mirada. Es un imán, pero el Recre le ponía demasiados guardias para que pudiese armar la pierna. Javi Fuego y Vázquez, perros de presa, se sacudieron el dominio local, pero hay historias que cuentan que se puede escapar hasta de Alcatraz. Arconada, con Piatti desaparecido, decidió seguir cavando por la derecha. Dio entrada a Natalio para ganar en velocidad arriba y luego a José Ortiz. El capitán e ídolo local apareció menos que Nieto, pero pone centros que son bombas. A la última, el menudo Crusat le pilló la mecha, la encendió con un zurdazo que, por efusivo, mordió el palo y acabo delante de Negredo. El resto ya lo conocen.

"¡Hoy ganamos 3-1!", avisaba a grito pelado un conductor desde la ventanilla de su autobús en la puerta 0 del estadio. Con Javi Guerrero, Colunga, Piatti o Sisi en el campo, era de suponer que habría más de un gol en la previa. Pero al final únicamente vio puerta el de siempre: el Animal Negredo.