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BETIS 1 - REAL MADRID 2

Van Nistelrooy nunca falla

Un tanto del holandés en el último minuto del partido le da al Real Madrid la victoria frente al Betis. Heinze y Sergio García, los otros goleadores

CARLOS IZQUIERDO
<b>EN LO ALTO. </b> El Madrid se hizó con la victoria en Sevilla y se mantiene en lo más alto de la tabla.
EN LO ALTO. El Madrid se hizó con la victoria en Sevilla y se mantiene en lo más alto de la tabla.REUTERS

Van Nistelrooy le dio al Madrid en Sevilla una victoria que se le escapaba de los dedos. Ruud Van Nistelrooy, el holandés que regresaba a la alineación titular para darle más gol a su equipo, se encargó de firmarla con su tanto número 60 desde que aterrizó en La Castellana. Fue sobre la bocina, en el último segundo de un partido que el Betis no mereció perder, pero que el Madrid sí mereció ganar, al menos por lo visto en los primeros 45 minutos.

El primer tiempo resultó renovador para el Real Madrid, aire fresco para un equipo al que la goleada frente al Sporting no le había sacado aún de las sospechas que arrastraba desde el comienzo del campeonato. Había metido siete a los de Gijón, sí, pero la actitud de los rojiblancos no permitía ningún análisis. Por eso, la salida del Madrid en Sevilla resultó estupenda para los intereses de Schuster y magnífica para los aficionados que tuercen en blanco.

Manejado por el trío De la Red-Van der Vaart-Robben, el Madrid fue un vendaval frente a un Betis que apenas podía contener el torrente azul que poco a poco se le iba viniendo encima. Defensa adelantada, presión, circulación de balón, rapidez, pausa, oportunidad, remate... El Madrid desplegó en 45 minutos el fútbol que siempre se espera de un equipo así, el fútbol de verdad que, casi siempre, termina llevándote al triunfo.

Las noticias se acumulaban así en la portería de Casto. Las malas para él, claro. Cuando no era De la Red, en dos ocasiones que el guardavallas bético sacó como si existieran los milagros, era Van der Vaart el que apuraba la portería verde y blanca. Si no, Robben metía el miedo en el cuerpo bético cuando no sacaba de quicio a sus compañeros por algún que otro exceso individualista.

Con la máquina perfectamente engrasada y la artillería a punto, el gol no era más que cuestión de tiempo. Paradójicamente, no fue ninguno de arriba el que adelantó al Madrid sino Heinze. El cacique argentino culminó perfectamente un centro de Van der Vaart con un cabezazo que se coló por la escuadra de Casto.

El Madrid no se paró con el tanto como en otras ocasiones y siguió con su juego fácil y efectivo. Van der Vaart y Ramos pudieron engordar la cuenta antes de que terminara la mejor primera parte del Madrid en esta Liga, aunque el que más cerca estuvo del gol fue Emana con un disparo raso en el 45. Casillas sacó una mano prodigiosa y evitó el empate, pero la acción trajo aroma de cambio de ciclo.

Complicaciones

Así fue tras el receso. El Madrid dio un paso atrás y en apenas siete minutos se le complicó la vida. Marcelo cometió un penalti pelín absurdo y llegaron las nubes al cielo madridista. Paró Casillas el lanzamiento de Sergio García, pero no pudo hacer lo mismo con el rechace. Dos minutos que dejaban el partido en tablas y al Madrid con 10.

Un argumento, el de la inferioridad, que llenó a Schuster de razones para amarrar, al menos, el puntito. Primero sacó del campo a Raúl para remendar con Torres el agujero dejado por Marcelo. Después fue De la Red el que dejó paso a Sergio García y finalmente Van der Vaart dio la alternativa a Drenthe.

Se acabó ahí el caudal del Madrid y creció algo el Betis, más por ilusión que por juego, aunque le resultó insuficiente, sobre todo tras la expulsión de Sergio García. No agobió a Casillas en media hora y al final, cuando todos se iban a casa contentos por el empate, apareció el de siempre, el inconformista que respira pólvora para darle la victoria al Madrid con un tiro cruzado. Van Nistelrooy, el matador.