El Racing y el debate de estilos

El Racing arrancó un punto del Camp Nou hace diez días y tanto Muñiz como sus jugadores casi tuvieron que pedir perdón por las formas. Algunos se olvidaron de cuáles son las características de este equipo y qué dice el historial de sus primeros rivales (Sevilla, Barça, Madrid y Villarreal). Ayer, en El Madrigal, el técnico asturiano varió la manera de jugar. No por influencia popular sino por las necesidades del guión. Prescindió del correoso Lacen y apostó por la plasticidad de Bedia. Puso tres pivotes para mimar el balón y no sortearlo. Animó a los laterales a desdoblar y adelantó la línea defensiva. Olvidó su estilo. Y tuvo la derrota como recompensa.

Su nueva imagen le posibilitó gozar de más ocasiones. Y, aun así, perdió con justicia porque el acierto manda. Pero no hizo menos que el Villarreal. Hoy se dirá que ante los equipos de Champions el Racing debe estar más arropado. Que sin Munitis y Pereira la vida no es tan bella. Que con Navas los goles encajados de cabeza no tienen cabida. Y quizás lleven razón. Entonces aquella X ante el Barça recuperará su valor. Porque a nadie le agrada perder. Guste o no, antes y ahora, el estilo se hace borroso con el tiempo y el triunfo (y muchos empates) es perenne.